México.- El biólogo Ricardo Dávalos, encargado del herpetario, explicó que desde hace varios años habían intentado sin éxito reproducir a este lagarto venenoso hasta que a inicios del año pasado cambiaron las condiciones de temperatura del terrario donde están para estimular el desarrollo de sus órganos sexuales.
«En cautiverio es un poquito complicada esta especie, no en cualquier lado se reproduce, son un poquito quisquillosos, tenemos que regular su alimentación, la temperatura, hay que hibernar a la hembra, sobre todo, aunque se recomienda que sea junto al macho, para que se maduren las células sexuales», dijo.
En noviembre pasado, la hembra puso siete huevos que tuvieron que ser colocados en un cuarto húmedo y caliente, de los cuales únicamente dos pudieron eclosionar en una incubadora acondicionada tras 150 días, explicó el experto.
El nacimiento convirtió al Zoológico de Guadalajara en el primero de México en el cual se ha logrado reproducir esta especie en condiciones de terrario de manera controlada, ya que otros lo han hecho en su propio ecosistema o en albergues naturales.
«Es un orgullo lograr esto porque parte de las obligaciones de los zoo es contribuir a la conservación, a la ciencia y al conocimiento, ya sabemos qué se necesita para su reproducción y que otras instituciones trabajen con estos parámetros», indicó.
El «lagarto enchaquirado» o «lagarto de cuentas» es una de las dos especies de lagartijas venenosas que se conocen en el mundo y su supervivencia está amenazada debido al crecimiento de zonas urbanas y a la invasión de sus hábitats naturales.
«Con la destrucción de su hábitat, el hombre es el que está provocando que se encuentren como amenazados, todavía no en peligro de extinción, pero la importancia de esta subespecie de helodermas es que son endémicos de México y solo los encontramos desde Sinaloa hasta Chiapas», afirmó.
Su piel es muy atractiva por el color negro y las manchas amarillo intenso, además de su textura que pareciera compuesta por pequeñas cuentas de plástico llamadas chaquiras en México.
Con apenas cuatro meses de edad, los nuevos helodermas comen huevos de codorniz o de pollo además de trozos de ratón. Sus lenguas bífidas comienzan a producir el veneno que los caracteriza que no es mortal pero sí provoca mucho dolor.
En pocas semanas el biólogo las trasladará al terrario donde se encuentran sus padres y donde los visitantes podrán conocer a los nuevos miembros del herpetario.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!