La gravedad de la situación económica, político y social en el país solo se podrá revertir con el regreso de la democracia, de allí que los venezolanos debemos participar de forma masiva en el proceso de elecciones a celebrarse el 28 de julio para elegir al presidente de la República quien nos dará, en los términos consagrados en la Constitución Bolivariana de Venezuela, un estado, democrático y descentralizado, respetuoso de los derechos ciudadanos la separación de poderes públicos y de la libertad de expresión individual
A ello agrega el ingeniero Natalio Valery, dirigente regional del partido Vente Venezuela, que los venezolanos están a las puertas de votar y elegir al nuevo presidente de la República, el doctor Edmundo González Urrutia, quien fue escogido de forma unánime por la Plataforma Unitaria y María Corina Machado en la tarjeta de la “Mesa Unidad Democrática” (MUD), la de la manito
Es de recordar, puntualizó, que de continuar el mal llamado socialismo se incrementará en Venezuela el desequilibrio en lo social y económico, que se evidencia con una baja en la producción comercial; de la pequeña y mediana industria; de las inversiones privadas y públicas lo que afecta al aparato productivo nacional y en consecuencia con la calidad de vida de los venezolanos.
Este panorama que se desprende por la ausencia de políticas públicas dirigidas a reactivar el sector productivo en el país impide que los trabajadores, obreros, jubilados y pensionados reciban sueldos y salarios justos, explicó el ingeniero Valery, y con ello atender los gastos que se derivan de los servicios básicos o adquirir la canasta alimentaria.
Desde hace 14 años el gobierno pretende hacernos creer que no cuenta con el capital económicos y tampoco puede acceder a los entes financieros internacionales, a fin de solicitar los recursos para reactivar diversos sectores, en especial el área energética: gas, combustibles líquidos, agua y electricidad, por culpa de las sanciones económicas, lo cual es completamente falso. Ellos desviaron todo el presupuesto de inversión de la nación, pero, además, y ante la falta de garantías y respeto al estamento jurídico, se encargaron de ahuyentar a los posibles capitales, foráneos o nacional, necesarios para ejecutar proyectos y dar inicio a la recuperación del aparato productivo nacional.
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