Necedad y sabiduría

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La necedad es una actitud impropia que adoptan algunos individuos, que son tercos e insisten en llevar a cabo un proyecto o un plan sin medir las consecuencias ni tomar en cuenta los consejos dados por su entorno; por lo que actúan de manera torpe e irresponsable.

Asimismo, la necedad también puede generar actos de maldad por actuar afanosamente por conseguir el fin sin importar los medios. Y la sabiduría es: un Conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia vivida, y que faculta a las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto.

Al mirar esta profunda crisis social que vivimos los venezolanos, tenemos que concluir en primer término que estamos siendo conducidos por unos necios y en segundo término que como pueblo también nosotros hemos adoptados posiciones necias al querer actuar de manera individualistas, o conformistas.

Y, en tercer término, que nos falta mucha sabiduría para poder actuar con sensatez, y encontrar las propuestas, que, aunque no sean unánimes, sean las más acordes para enfrentar esta difícil coyuntura.

Sin lugar a dudas que la conflictividad social cada día se nos hace menos manejable, y pareciera que no tenemos respuestas, ni soluciones para este drama. Pero es claro que, si buscamos esas respuestas en la Palabra de DIOS, presente en las Sagradas Escrituras, podemos encontrarlas.

Así tenemos que el libro de los Proverbio dice: “El temor del Señor, es el comienzo de la sabiduría los necios desprecian la sabiduría y la instrucción”.  (Prov 1,7). Y en el libro del Eclesiástico, nos dice: “La raíz de la sabiduría es el temor del Señor y sus ramas son una larga vida. El temor del Señor aleja los pecados: el que persevera en él aparta la ira divina”. (Eclo 1,20-21).

 JESÚS, nos dice: “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente. (Mt 7,24-27). Porque JESÚS, quiere trasmitirnos que nos atrae el mal y nos deslumbran cosas sin valor, que necesitamos de Dios para saber qué es el Bien y el Mal y así tener el discernimiento para elegir correctamente.

Así entendemos que, la Sabiduría de JESÚS es hacer la voluntad del PADRE y que, la sabiduría del cristiano es la de configurarse con JESÚS, para cumplir su mandamiento de: “amarnos los unos a los otros”. Y si persisten nuestras tribulaciones leamos a Santiago 1,5: «Y si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.» y de esta manera tener un mundo con más sabios y menos necios.

 

Por Luis Ramón Perdomo Torres ([email protected]) Twitter: @lurapeto

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