El día sábado, la calma en el barrio San Sebastián de Manizales, Colombia fue abruptamente interrumpida por los gritos y la conmoción de una tragedia familiar. Testigos afirman que una joven madre, de tan solo 22 años, agredió a su hija de 3 años con un arma blanca en medio de un ataque de ira dentro de su vivienda.
La niña fue hallada por vecinos con una herida profunda en el cuello, pero aún con signos vitales y en medio de un charco de sangre.
La rápida acción de los residentes, que alertaron de inmediato a los servicios de emergencia, no fue suficiente para evitar el desenlace fatal. Entre la conmoción, algunos vecinos intentaron linchar a la madre, lo que requirió la intervención de la policía para resguardarla.
Los socorristas trasladaron a la menor al Hospital de Caldas, donde ingresó en sala de shock.
El personal médico –incluidos un emergenciólogo, un cirujano general y un vascular– realizó maniobras avanzadas como colocación de accesos intraóseos y toracotomía de urgencia. Sin embargo, la niña sufrió un paro cardiorrespiratorio secundario a un shock hipovolémico, causado por la pérdida masiva de sangre, y falleció tras media hora de esfuerzos médicos.
Por su parte, la madre fue atendida por heridas autoinfligidas en un aparente intento de suicidio y permanece bajo custodia policial en un centro asistencial, mientras se llevan a cabo las diligencias judiciales.
El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Dave Anderson Figueroa Castellanos, rechazó enérgicamente este tipo de violencia y confirmó la captura en flagrancia de la madre agresora, quien se recupera bajo vigilancia policial.
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