Los celos discretos entre hermanos o familiares son normales, pero en ocasiones adquieren cierta intensidad en sus manifestaciones, en este caso deben ser tomados en consideración. Son más frecuentes entre preescolares y suelen iniciarse entre el año y tres años de edad. Alrededor del 10 % de los niños celosos están en la edad preescolar: de 2 a 6 años de edad. Son más frecuentes en las niñas.-
Generalmente se deben a una imaginaria o sentida perdida de afecto por parte del niño en cuestión, le parece que ha perdido el afecto de parte de uno de sus padres, especialmente de la madre.-
Los motivos pueden ser de los más variados ,tales como la llegada de un nuevo hermano, predilección aparente por otro hijo, exceso de cuidados y frecuentes mimos para un niño menor en presencia de los otros hermanos mayores.-
Defectos de educación de los niños y de adecuadas actitudes de los padres frente a estos. Por ejemplo es el caso donde los padres hacen insistencia en comparar al niño con otro que aparentemente tiene cualidades más valiosas para los padres.
Las manifestaciones de celos especialmente en preescolares son variadísimas y muchas veces insospechadas para los adultos.
Manifestaciones de hostilidad y hasta de agresividad para el niño o persona rival. Si es más pequeño: golpes mordiscos, pellizcos, empujones o cualquier otra maniobra que moleste al otro niño, y especialmente cuando este no está acompañado. Algunas veces hay modos melosos de demasiado cariño, alternando con demostraciones de crueldad para el rival. En otras ocasiones la agresividad es particularmente para la madre expresada en varias maneras como desobediencia sistemática, mal humor, o a veces caricias realizadas con fuerza como para hacer daño, frases hirientes o francamente agresivas. También puede manifestarse subconscientemente tales como la pérdida del control urinario o rectal, tics nerviosos, impulsividad sin freno, golpes contra sí mismo, pérdida del apetito.-
Cambios de personalidad: Demasiado apego a la madre, especialmente cuando acaricia o cuida del hijo más pequeño, vigilancia de todos los actos de la madre, manifestaciones de hostilidad, perenne inconformidad, o bien de retracción o aislamiento. Puede presentar regresiones a etapas ya superadas: asistencia para la alimentación, enuresis nocturna, querer volver a tomar biberones, o solo alimentación liquida, deseos que le pongan nuevamente pañales.-
El tratamiento y conducción de los celos debe estar dirigido a propiciar el equilibrio de las expresiones afectivas para todos los hijos del hogar. Los padres no solo deben decir que “el cariño es igual” para todos los hijos, sino demostrarlo, sobre todo, igualdad intencional y de tiempo de contactos, juegos, paseos, cuidados con cada uno de los niños. Los niños son unos jueces implacables que no dicen lo que aparentemente perciben pero que lo sienten sobremanera.-
Los padres deben adoptar actitudes equilibradas de afecto para todos los hijos; aceptar cierto rencor del niño hacia su rival y ofrecer seguridad afectiva al niño celoso, eliminar toda clase de comparaciones desfavorables o de demostraciones de preferencia.-
Socializar al niño tanto en el hogar como en la escuela, tratando de que el niño sienta que sus requerimientos afectivos deben ser compartidos.-
Hasta la próxima.-
Dr. Hugo Lezama Hernández.
Pediatra Puericultor. Egresado de la Universidad de Oriente (UDO).-
Miembro activo de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría. Filial Bolívar. Secretario de Relaciones Institucionales, Período 2021-2023.-
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