El espasmo de sollozo es un evento que ocurre generalmente en un niño sano, que preocupa mucho a los padres.

Generalmente cuando llegan al consultorio ya al niño se le ha pasado la crisis y acompañando a estos están los “héroes” que hicieron posible que el niño volviera en sí, o se quedaron en casa contando la proeza de lograr que el niño volviera a la vida, y ya preparados para una segunda oportunidad o las veces que sean necesarias para intervenir y obtener los mismos resultados.

El entorno que rodea a nuestro pacientico y del cual uno se percata es que la mayoría son padres o abuelos súper preocupados, supe protectores y exageradamente excitados, que según cuentan ellos, hicieron todo lo posible para reanimar y volver a la vida a un niño que ya ellos daban por muerto.

El espasmo del sollozo se refiere a un paro o “corte” violento de respiración por 15 o 20 segundos que sucede después de una emoción violenta que sufre el niño, que por lo demás está completamente sano, puede ser provocado por una bofetada, una caída, una reprimenda, un dolor o un deseo no satisfecho, y que va precedido de un grito  prolongado y acompañado de palidez extrema o de cianosis facial (se pone ligeramente azulado).

Algunas veces se producen movimientos corporales  que parecen convulsiones epilépticas, pero el espasmo se distingue de esta en lo siguiente: en el espasmo siempre hay un factor precipitante del llanto, el niño se tira hacia atrás y curva su cuerpo(opistotono),la cianosis de los labios desaparece al aparecer el llanto fluido, y el niño sigue luego llorando normalmente o se queda tranquilo. Al estudiarlo neurológicamente el encefalograma es normal y el área intelectual no presenta alteraciones ni déficit.

Se considera un accidente de origen psicógeno, pues siempre ocurre en una situación de relajación, especifica y electiva para cada niño frente ha determinado personaje familiar o acción desagradable (trato brusco, golpe, regaño, castigo, grito, negación a obtener un objeto deseado).-

La acción del Pediatra consiste en tranquilizar  el ambiente familiar, explicar la naturaleza de la crisis que nunca llegara a amenazar o poner en peligro la vida del niño, evitar situaciones que propicien la aparición de la crisis, pero también tratar de que se adopte frente al niño una actitud serena, de autoridad, poner a este en posición erecta para que “vuelva a respirar” y observar si el niño trata de desencadenar tal crisis con el objeto de obtener un logro o “llamado de atención”, y en este caso no deben cumplírsele sus deseos.

Si se repite este tipo de eventos con frecuencia y hay otros datos de riesgo y signos neurológicos y hay demasiada angustia en el seno familiar, es conveniente referir al Neurólogo Infantil para realizarle los correspondientes estudios neurológicos.

Hay que explicarle a los padres que generalmente desaparece espontáneamente  a los 3 a 5 años de edad. En definitiva, al hacer el diagnóstico de espasmo del sollozo el Pediatra debe ser muy explícito y claro para convencer a los padres de que la vida del niño no está en peligro y que es cuestión de tiempo y de comportamiento del ambiente familiar lo que propiciara su desaparición.

 

Hasta la próxima.-

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