La leche materna es esencial en los primeros seis meses de la vida del ser humano, no tiene sustituto, además de sus propiedades nutritivas indiscutibles, aporta al recién nacido y lactante protección contra las enfermedades que atentan contra su salud en estos primeros meses cruciales de la vida, a través de los anticuerpos que posee y que hasta los momentos la industria farmacéutica no ha logrado incorporar en las fórmulas lácteas fabricadas para tal fin.
Sin embargo en nuestra cultura ha sido muy difícil incorporar en el inconsciente colectivo, tanto de los padres como en el resto del grupo familiar, este concepto y atribución fundamental que tiene la leche materna en la nutrición y protección en la fase de lactante, tan es así que muchas madres son capaces de emitir esta frase en nuestra consulta cuando abordamos el tema de la alimentación de su pequeño hijo que está siendo amamantado; «él no come desde que nació», por el simple hecho de no estar siendo alimentado con lactancia artificial sino con la alimentación natural que representa la leche materna.
Hasta hoy en día, no existen dudas que el mejor alimento para el ser humano en la etapa de lactante, es la leche humana, la cual a pesar del gran desarrollo tecnológico continúa siendo insustituible. Los estudios efectuados acerca de su composición identifican día a día nuevas características y factores benéficos para el lactante, quien además de obtener los efectos nutricios óptimos, mantiene cercana relación con la madre.
El índice de alimentación al pecho ha disminuido por varias razones que incluyen las de tipo socioeconómico, el desempeño laboral de la mujer y falta de conocimiento de los beneficios de este tipo de alimentación.
Por ello, las organizaciones mundiales y locales de salud han emprendido con frecuencia campañas y programas para revertir dicha tendencia. La leche humana satisface en forma adecuada las recomendaciones nutritivas para lactantes hasta el sexto mes de vida postnatal.
Hay variaciones normales en la composición de la leche humana que dependen de factores como etapa de lactancia, momento del día y estado nutricio de la madre. La secreción de leche humana tiene tres etapas: la de calostro(desde el embarazo hasta el quinto día post parto),la transicional(desde el sexto día postparto hasta la segunda semana) y la madura(desde la tercera semana hasta el sexto mes de edad).
Después del sexto mes, la leche humana es considerada como tardía y, a pesar de tener un volumen adecuado desde el punto de vista de su composición, la calidad decrece, esto motiva a proporcionar la suplementación a los niños que la reciben más allá de ese tiempo.
El mejor estimulo que regula su producción es la demanda y succión del lactante. El tabaquismo y el consumo de alcohol afectan en forma negativa el volumen y composición de la misma, al igual que el estrés materno. Para que la producción y composición de la leche sean optimas y con objeto de evitar que los depósitos corporales de la madre se agoten, la dieta debe poseer fuentes adicionales de energía, proteínas, minerales y vitaminas, además de conservar un estado psíquico disipado.
Al evaluar las ventajas que ofrece la leche humana sobre otras leches como las industrializadas o la leche completa de vaca, se encuentran, además de los factores afectivos de la relación madre-hijo, un sinnúmero de ellas en su composición. La leche humana favorece el vaciamiento gástrico rápido y es normal que las evacuaciones sean suaves, grumosas, de color amarillo mostaza y tan frecuentes como el número de veces que sea alimentado el bebe.
Es importante recomendar a la madre que antes de ingerir cualquier fármaco durante la lactancia, debe consultar con el médico ya que algunos fármacos pueden excretarse en cantidades variables por la leche y producir efectos indeseables en el niño. Hay contraindicaciones absolutas de la lactancia materna como cáncer de mamas, SIDA, hepatitis B e infección por citomegalovirus, así como el empleo de fármacos y sustancias como la ciclofosfamida, metotrexato, cocaína, marihuana y heroína entre otros.
La alimentación en el primer año de vida, y sobre todo la lactancia materna, tienen un papel transcendental en el crecimiento y desarrollo del niño, de ella depende en gran parte que el menor llegue a expresar su potencialidad al máximo y su falta de cumplimiento puede ser condicionante de problemas de salud integral, por ello deben conocerse las medidas para una alimentación ideal y aplicarlas de manera óptima.
Hasta la Próxima.-
Dr. Hugo Lezama Hernández
Pediatra Puericultor
Egresado de la Universidad de Oriente
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