Notas Pediátricas. Manejo de la Convulsión Febril en el Niño

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Las convulsiones febriles en el niño tienen relativa frecuencia en su ocurrencia en nuestra población infantil. Son descritas como la aparición de movimientos convulsivos tónico clónicos generalizados que aparecen en un niño con edad comprendida entre los 6 meses a 5 años, en presencia de procesos febriles, son de duración variable, desde pocos segundos hasta minutos, de aparición brusca, en muchas ocasiones no ponen en peligro la vida del paciente, pero producen mucha preocupación y pánico en los padres y moviliza en forma importante al equipo de salud donde son atendidos estos niños.

Una vez que ingresa el pacientico a la sala de emergencia procedemos a yugular dicha convulsión en un tiempo perentorio, para evitar que se produzcan daños que puedan poner en peligro la vida de quien las presenta.

Para hacer que desaparezcan las convulsiones deben hacerse una serie de maniobras simultáneas donde una no excluye a la otra, entre ellas tenemos la crioterapia (uso de paños empapados de agua fría o del chorro, o meterlo directamente bajo regadera si las condiciones lo permiten), administrar por vía endovenosa anticonvulsivantes tipo diazepam,a dosis respuesta, si es difícil tomar una vía venosa, entonces se administra vía intramuscular a una dosis de acuerdo al peso, antipiréticos(medicamentos para la fiebre) vía endovenosa,intramuscular o rectal(Supositorios de acetaminofen,de diclofenac o de dipirona),oxigenoterapia.

Deben evitarse maniobras tales como meterle los dedos en la boca, jalarle la lengua, chuparle la nariz, maniobras estas que en vez de beneficio, agregan un componente traumático y peligroso que compromete la salud de nuestro pacientico. Una vez que está siendo tratado el niño en la sala de emergencia y ya con todo bajo control, es obligación del médico y del personal de salud,tranqulizar a los padres y acompañantes, explicándole en forma sencilla y precisa lo que está ocurriendo o lo que ocurrió en el niño y explicarle el plan de trabajo que debe hacerse para dilucidar la causa que produjo la convulsion.Como en toda patología que atente contra la salud del paciente debemos buscar la etiología que está produciendo la fiebre, una vez ubicada la causa de la fiebre debe tratarse para que esta desaparezca y no haya riesgo de una nueva convulsión.

Es necesario investigar la causa de la fiebre, haciendo un buen interrogatorio a los padres y un buen examen físico al pacientico. Muchas veces la fiebre obedece, en un gran porcentaje a procesos virales, por lo que solo ameritara vigilancia médica con una buena orientación a los padres que no deben permitir que ocurra una nueva elevación de la temperatura para que no se produzca una nueva aparición. Otras veces la convulsión febril es la manifestación de una enfermedad muy severa como lo es la meningitis, la cual en un 30% su manifestación inicial es una convulsión.

Por ello es obligatorio mantener en observación a nuestro paciente y solicitar los exámenes paraclinicos correspondientes para decidir o no el alta, una vez que se está seguro que no estamos ante un proceso infeccioso severo, como lo es una meningitis o meningoencefalitis, que tiene una alta repercusión en el sistema nervioso central y que si no se hace un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno puede dejar con secuelas permanente o incluso provocar la muerte de quien la padece.

El Pediatra tiene la alta responsabilidad de solicitar una punción lumbar si así lo considera, para realizar estudios citoquimico y cultivo del líquido cefalorraquídeo, de acuerdo a la clínica y resultado de exámenes hematológicos. Debido a los mitos y creencias de la gente, no muy pocas veces los padres se oponen a que se le realice una punción lumbar a su hijo, bajo la interpretación errónea de que esta lo puede dejar incapacitado con algún problema neurológico porque así lo saben ellos de algún paciente que sufrió una meningitis , y es allí donde debemos explicarles  que no fue la punción lumbar la que produjo tales eventos en ese caso citado, sino que fue más bien la tardanza en realizársela, ya que es bien sabido que un diagnóstico tardío de una meningitis deja secuelas importantes en quien padeció esta enfermedad.Es importante hacer este tipo de descarte en forma precoz, siendo esta nuestra principal preocupación en niños que han convulsionado con fiebre.

El niño que ha convulsionado por fiebre por primera vez, en un porcentaje alto no vuelve a convulsionar nuevamente, de todas formas cuando ya existe el antecedente de una convulsión febril, en un niño menor de 5 años, deben los padres estar vigilantes de una elevación brusca de la temperatura corporal. Si el Pediatra lo considera necesario, de acuerdo a los antecedentes familiares, las veces que haya convulsionado, preocupación de los padres, etc, puede referir estos pacientes hacia el neurólogo infantil.

Hasta la Próxima

Dr. Hugo Lezama Hernandez.

 

Pediñatra Puericultor. Egresado de la Universidad de Oriente (UDO).

Miembro de la Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura. Filial Bolívar.

 

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