Los vómitos en la infancia muchas veces no vienen solos, en un gran porcentaje son la expresión de una patología subyacente, que pudo haberse manifestado previo a su aparición o la pueden preceder.
Sus consecuencias ponen en riesgo la integridad de nuestro pequeño paciente debido a que entre más vomite el niño, se produce disminución de los fluidos corporales llevando a una deshidratación de variable estado de gravedad,desde leve hasta severa ,pudiendo ocasionar un shock hipovolémico y la muerte si no se atiende a tiempo.
En el recién nacido es común ver que vomite o haga buchadas ocasionales, considerándose normal esta situación y tratado como un reflujo gastroesofágico, devolución de la comida por inmadurez de la válvula(esfínter esofágico inferior) que impide que la comida se devuelva una vez que está en el estómago, pero si los vómitos en el recién nacido se hacen cada vez más frecuentes debemos pensar que puede estar formándose una obstrucción en la región terminal del estómago conocida como Estenosis Hipertrófica Congénita del Píloro(EHCP),cuya solución es quirúrgica y con excelente pronostico postoperatorio.
La EHCP se presenta generalmente en un primogénito (primer hijo) varón, menor de un mes de vida extrauterina.
En niños más grandes lo más frecuente es que los vómitos se presenten acompañando a la enfermedad diarreica aguda, y que muchas veces es este síntoma el que nos obliga a hospitalizar al niño debido a que, no contando con la vía oral expedita para rehidratarlo, debemos administrarle soluciones por la vía parenteral (venosa), lo que nos permite restablecer sus condiciones generales rápidamente.
Es inconcebible que en pleno siglo XXI y con la gran cantidad de recursos terapéuticos con los que contamos actualmente, fallezca un niño por deshidratación severa (nunca he aceptado, de parte del personal de enfermería, la siguiente aseveración: «no se le puede tomar la vía porque esta deshidratado», para justificar su ineficacia, ya que precisamente para eso es que se utiliza un yelco, para cumplirle tratamiento a un paciente en malas condiciones.
Una patología sumamente grave y que puede presentarse posterior a la aplicación de la vacuna antirotavirus ,en los primeros días de su aplicación, es la Invaginación Intestinal cuya sintomatología inicial es una evacuación diarreica con sangre, que recuerda la jalea de grosella, dolor agudo tipo cólico el cual desaparece posteriormente, vómitos frecuentes llegando a intolerancia oral , progresivo deterioro del pequeño paciente y muerte sino se hace el diagnóstico a tiempo para su pronta resolución quirúrgica(en este caso es sumamente importante un buen interrogatorio por parte del médico, ya que un diagnóstico tardío es riesgoso para el paciente).
Vómitos también se presentan en los traumatismos craneoencefálicos lo que hablan de cuan severo pudo haber sido el golpe en la cabeza(edema cerebral), y que nos obliga a dejar al niño ingresado en la sala de emergencia para observar su evolución y tomar las medidas terapéuticas a tiempo si así lo amerita. También es un síntoma de la sintomatología difusa de la Hepatitis Viral.
En otras oportunidades hemos tenido pacientes hospitalizados cuya única sintomatología son los vómitos y no hemos podido descubrir la etiología de los mismos, pero ese único evento nos obliga tomar medidas terapéuticas de ingreso para manejarlo adecuadamente y evitar el deterioro que compromete la vida del pequeño paciente.
Mi recomendación a los padres es no subestimar los efectos que puedan provocar unos vómitos prolongados en el niño, evitar en lo posible la automedicación y consultar al médico lo más antes posible si dicha sintomatología persiste, para prevenir la irreversibilidad que puede provocar una deshidratación severa no tratada a tiempo.
Dr. Hugo Lezama Hernández
Pediatra Puericultor
Egresado de la Universidad de Oriente(UDO)
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