Cada 25 de diciembre conmemoramos en el mundo cristiano el nacimiento de El Redentor, es costumbre realizar una cena familiar la noche previa y a las 12 abrir los regalos, los más pequeños van a sus camas esperando que el niño Jesús los visite y les deje el juguete que más anhelan ese año…Las cosas han cambiado, nosotros mismos hemos cambiado.
En Venezuela, ninguna mesa está completa, muchos de nuestros familiares y amigos se han ido, por el motivo que sea, ya no están; después de la pandemia, internalizamos que compartir a través de una pantalla no es lo mismo que recibir una visita, no tiene el mismo efecto que un abrazo, ni deja la misma satisfacción en el corazón.
El nacimiento de El Mesías en un pesebre nos enseña que lo más importante y trascendental muchas veces no ocurre alrededor de una mesa con deliciosos platillos cuyas recetas han pasado de generación en generación, ni alrededor de un arbolito decorado con los adornos de moda y lleno de regalos.
Querido lector, lo más relevante de esta fecha, es celebrar el nacimiento de aquel que enviaron para volver a unir el cielo y la tierra; y también lo eres tú, tu presencia es lo más preciado en estas fechas.
Tu atención, risas y abrazos son los regalos más valiosos que puedes obsequiarles a tus familiares, desde Nueva Prensa Digital deseamos que la familia reciba el lugar que se merece y nos permitas seguir acompañándote en este camino que llamamos vida.
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