Ciudad Guayana. Tomamos como premisa para sentenciar las bases de esta exposición en tiempos de Navidad, que leímos del entonces  Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo electo de San Sebastián, en España, a finales del año 2009.

Su exposición la tituló «Sólo el amor es digno de fe» y en donde se versaba el hecho de que “las tecnologías modernas han disminuido, en no pequeña medida, el tradicional envío de tarjetas postales de felicitación de Navidad. Los «SMS», los «emails», diversos tipos de «chat», etc., son hoy el género de comunicación en alza…”

Es parte del inicio de nuestra completa realidad, cuando llegamos a esta parte final del año, donde queremos llevar alegría a nuestros seres queridos, y a la vez hacerlo “a todos quienes se pueda”.

Munilla-Aguirre tocó entonces un temario que parece digno de tomar en cuenta: “sabemos de sobra que lo importante es el mensaje, y que el medio utilizado es secundario. Por ejemplo, algunos de los «PPT» navideños que solemos recibir en nuestro correo electrónico, suelen transmitir un testimonio de fe incluso más profundo que el expresado en muchas de las tarjetas postales…”

Y lejos del medio, el importante centro del envío de un mensaje, comunicacionalmente hablando es que el mismo (mensaje) tenga repercusión, “por lo que se ha coincidido en el tiempo con la introducción de las nuevas tecnologías, aunque entre estos dos hechos no haya una relación de causa-efecto…”

Reflexionamos sobre la puesta en escena del referido obispo, que nos permite inducir como él mismo lo hace, lo importante que es cuando coinciden ambos cosas, es decir la vaciedad de un mensaje y la nueva tecnología.

Nos lleva a pensar también, como lo hace este escrito que “mientras que la tradicional felicitación navideña  (independientemente del medio utilizado para transmitirla) nace de la necesidad de testimoniar y de comunicar la alegría de la fe de la que somos portadores; no pocos de esos «mensajes» que en estos días colapsan los terminales de la comunicación, son la expresión de las carencias afectivas que anidan en nuestra generación. En realidad, parece como si no supiésemos qué decir, pero a la vez, tenemos la necesidad de expresar que «estamos aquí», y requerimos saber que no estamos solos.

Fe cristiana

También hay que poner la lupa, en la tendencia de que los cristianos tenemos una fe que nos rescata de la soledad en estas festividades y con gozo y alegría damos testimonio de ello.

“Esta es la caridad más preciosa: el testimonio de la comunión con Dios y con el prójimo. Felicitar la Navidad es algo tan importante como necesario…” y aquí irrumpe la «magia» de la tecnología detrás de la Navidad, lo que representa una magia para los ojos, gracias a la tecnología.

Retrocedemos en el calendario, y con ello nos devolvemos a ser niños, para tomar de la mente plena, la intención plasmada por el paso de los años, que nos permiten ponernos a pensar, por ejemplo ¿cómo hacían antes para encenderse las luces de nuestro arbolito de Navidad…?

Y las luces, de entrada representan un “saludo” a la Navidad y al Nuevo Año, con sus luces destacadas inicialmente en simples pliegos combinados de tres y hasta cuatro colores, las blancas más prominentes, y luego llegar  a las llamadas “cascadas”, “subi y  baja” hasta llegar a las ya más modernas LED.

El frente de la misma casa de habitación, manda el “primer saludo” a la época especial, y con ello comunica la alegría que nos da, el recibir a un vecino, familiar o amigo.

Tecnologías para cambiar al mundo

Algo sobre la temática, toma el Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Ecuador, que establece que  “no cabe duda que la tecnología cambió el mundo y que en la actualidad su utilización no solo forma parte de la innovación sino que permite traspasar límites y fronteras dentro de los sistemas de comunicación; y en época navideña es de gran utilidad para las personas que realizan transacciones comerciales para comprar, vender o regalar algo…”

De esta manera se establecen muchas redes de utilidad a través de la internet, en la que las comunicaciones bajo esta autopista de información, se hacen mucho más frecuentes, en la época navideña.

Antes, sin que existieran las hoy masificadas vías de comunicación ampliadas con todos sus espectros, abríamos “saludos” con los mensajes de texto que emergían desde nuestros propios teléfonos móviles o celulares, y de allí fue en crecimiento.

Primero el simple teléfono CANTV, el mismo móvil celular y de allí en adelante, los “mensajitos” de texto, hasta que aparecieran los grandes conglomerados de comunicación digital, con las redes sociales que hoy conocemos a profundidad y que han inundado el entorno comunicacional.

De hecho, la mensajería de texto, como es lógico suponer, llegó a convertirse en un gigante de la comunicación y en la época Navideña, mucho surtían de esta herramienta sus intenciones de salutación respectiva en las dos importantes épocas del final del año.

Y lógico es suponer, el porqué de la “congestión notable” que este sistema padecía, porque simplemente las redes “se inundaban”, ya que “todos querían comunicarse”.

Y ello ocurría antes, hasta en simples Infocentros o las llamadas aulas móviles, a donde acudían los interesados, que en sus casas no tenían estos beneficios.

Otros de los “tipos de comunicación” tenía que ver con el empleo del simple “correo electrónico”, para enviar por medios de ellos, los respectivos saludos de Navidad y fin de año a familiares y amigos, dejando además lindas postales o tarjetas con mucha emotividad.

Se establecía además en esa anterior época, el empleo del Skype o video llamadas para hacer sentir un poco más cerca la comunicación de los seres queridos.

De ahí, saltamos a lo que ahora pueden hacer las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, y últimamente más acentuada la red whatsapp donde no sólo los textos se pueden compartir, sino gráficas con una excelente calidad y hasta videos, pudiendo emplear métodos de publicación inmediatos o los también importantes “programados”.

Ventas, ventas y ventas

El empleo de estos sistemas, permiten ademán comprar regalos o presentes, o detalles en cualquier parte del mundo, haciéndole a través de transacciones digitales, empleando los mejores sentidos a disposición, para evitar de pronto algún fraude electrónico, esperando lograr obtener los productos requeridos de la mejor manera.

Por esto el valor especial asociado a la Navidad, con estas herramientas que sin lugar a dudas cambiaron al mundo, y que no solo se presenta con la innovación del caso, sino que extrapola fronteras dentro de los referidos amplios sistemas de comunicación.

Llegada la Noche Buena, la premisa de las presentaciones a través de las redes sociales, del “mensaje navideño” que se hubiera adelantado, toma matices mucho más cerrados al entorno familiar, y de entrada cercado al “contacto directo” que pasa de un texto, o una gráfica, a un video “cara a cara” con la incorporación del móvil como una especie de cámara, o el empleo de las famosas tabletas electrónicas, que marcan de género importante, la celebración que “no puede quedarse” sin ser grabada para la historia familiar.

Lejos sin lugar a dudas, del “aló mamá, feliz Navidad”, del otro lado del teléfono de varias décadas atrás, y llevado al “hola como están, aquí estamos todos”, que irrumpe en el plano comunicacional, en una concentración informativa para hacer llegar, nuestros mensaje navideños.

La Navidad, sin lugar a dudas, es otra…y ya estamos llegando a ella.

Rodrigo Malagón Forero

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