Shanghái.-La Unesco decidió incluir al observatorio solar y centro ceremonial de Chankillo de Perú, el Sitio Roberto Burle Marx de Brasil y la Iglesia de Estación Atlántida de Uruguay en la Lista del Patrimonio Mundial.
La cuadragésimo cuarta sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco -con sede en la ciudad suroriental china de Fuzhou, aunque se celebra mayoritariamente de manera virtual- aprobó la candidatura peruana, brasileña y uruguaya, que las que se convirtieron así en la entrada número 13, el número 23 y el número 3, respectivamente en la lista.
Observatorio solar de Chankillo
Los investigadores apuntan a que en el complejo arqueológico de Chankillo se llevaron a cabo observaciones astronómicas directas entre los años 500 y 200 antes de Cristo, siguiendo el movimiento anual del sol para regular festividades religiosas y otros eventos estacionales.
Situado cerca de la costa, a unos 365 kilómetros al norte de Lima, el observatorio se distribuye en tres sectores que cubren unos cuatro kilómetros cuadrados en los que se hallan trece torres, un templo circular y una plaza, construidos con tierra y barro.
Sitio Roberto Burle Marx
El Sitio Roberto Burle Marx es, según el Ministerio de Turismo del país, «el legado del paisajista que creó el concepto del jardín tropical moderno».
Situado en la zona oeste de Río de Janeiro, cubre más de 407.000 metros cuadrados de área forestal y cuenta con una colección de más de 3.500 especies de plantas tropicales y subtropicales.
Aparte de jardines y viveros, también hay seis lagos y siete edificios en el recinto, que recibe unos 30.000 visitantes anuales y en el que residió el propio paisajista (1909-1994) entre 1973 hasta su fallecimiento.
Iglesia de Estación Atlántida
La iglesia de Estación Atlántida -municipio situado en el departamento de Canelones, en la costa sur del país- fue construida entre 1958 y 1960 por el ingeniero Eladio Dieste (1917-2000).
Dieste, mundialmente conocido por desarrollar el sistema de «cerámica armada» y las bóvedas de doble curvatura, aseguró que la iglesia de Atlántida fue una obra que le «cambió la vida».
Compartida por el Obispado de Canelones y la Congregación de Hermanas Rosarinas, la iglesia es un ejemplo de la obra de Dieste por la optimización de recursos y destaca por el uso del ladrillo visto.
Las candidaturas estaban pendiente desde 2020, cuando la Unesco se vio forzada a cancelar su cita anual por las condiciones sanitarias mundiales derivadas de la pandemia de la covid-19.
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