Varias ONG pidieron hoy, en la antesala de la cumbre impulsada por el presidente francés, Emmanuel Macron, para buscar un nuevo pacto financiero mundial, que la cita esté «a la altura» y promueva reformas estructurales y una movilización masiva de recursos para luchar contra la crisis climática y la pobreza.
«Es un objetivo extremadamente ambicioso que no podemos más que compartir”, pero hay que “estar a la altura”, expresó Cécile Duflot, directora de Oxfam Francia, en una rueda de prensa conjunta convocada por su organización y otras cinco ONG (Care, ONE, CCD-Terre Solidaire, Global Citizen y Climate Action Network).
A dos días de que comience el encuentro convocado en para el 22 y 23 de junio en el Palais Brongniart (París), las organizaciones se mostraron más bien escépticas acerca de que los resultados de la cumbre respondan «a la escala del problema».
Por ello, reclamaron conjuntamente que, en lugar de soluciones marginales, París sea el primer paso hacia una verdadera reforma estructural del sistema, que en su estado actual mantiene en desventaja a los países más pobres, y hacia una movilización masiva y solidaria de recursos para combatir la crisis climática.
«No es solo un deseo, sino una absoluta necesidad para nuestra supervivencia», aseveró Harjeet Singh, jefe de estrategia política de Climate Action Network, tras haber incidido en que no se puede pensar en la crisis climática en términos de oportunidad para «hacer negocio».
«Hay que dejar de pensar que invertir en combatir el cambio climático va a ser rentable. Va a evitar mayores pérdidas», recalcó en el mismo sentido Duflot.
Las organizaciones implicadas también hicieron hincapié en la urgencia de otros problemas que se tratarán en la cumbre y que están interconectados, como la grave crisis de la deuda de muchos países de bajos recursos o la ruptura de la confianza entre el norte y el sur.
En este último sentido, señalaron como vital que la cumbre avance sobre promesas largamente incumplidas, como la de que las naciones ricas destinen cada año 100 millones de euros a ayudar a los más pobres a combatir la crisis climática -algo que se remonta a la Conferencia del Clima de Copenhague de 2009 y que aún no se cumple- o el de dedicar al 0,7 % de sus ingresos a ayuda para el desarrollo.
También pidieron la condonación de la deuda de los países que viven ahogados por ella y que, además, enfrentan graves desafíos de pobreza y catástrofes climáticas.
De acuerdo a sus datos, el 93 % de los países más expuestos a potenciales desastres están en situación de sobreendeudamiento o muy cerca de estarlo.
También pidieron medidas concretas para financiar las inversiones necesarias, como gravámenes a las industrias de energías fósiles, al transporte y a las grandes fortunas, así como la lucha contra la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos.
En todo caso, opinaron que «no es el dinero lo que falta, es la voluntad política», en palabras de Fanny Petitbon, de CARE Francia, y recordaron que cuando los países ricos tuvieron que hacer frente a la crisis de la covid-19 no dudaron en dejar sus propias reglas en suspenso y movilizar recursos masivos.
La «Cumbre por un nuevo pacto financiero mundial», impulsada por Macron, reunirá a representantes de un centenar de países -entre ellos medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno-; filántropos; representantes de la sociedad civil; del sector privado y de las grandes instituciones internacionales, como el nuevo presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, o el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Es una iniciativa «abierta» y «ad hoc» para hacer avanzar la conversación, ya que Francia no ha recibido ningún «mandato» específico para tomar decisiones concretas, según fuentes del Elíseo, pero con la que Francia quiere contribuir a que ningún país del mundo «tenga que elegir entre la reducción de la pobreza y la protección del planeta».
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