Algunos de los detenidos palestinos en Gaza, tras sufrir torturas y maltratos, son puestos en libertad sin la adecuada ropa para soportar las temperaturas invernales, casi desnudos y a veces sólo con los pañales que les imponen durante la detención, indicó hoy la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Los liberados «relatan que han sido apaleados, humillados, maltratados y sometidos a abusos que podrían ser considerados tortura», señaló por conferencia virtual desde Rafah, en el sur de Gaza, el jefe de la oficina de la ONU en los Territorios Palestinos, Ajith Sunghay.
El responsable local, que se ha reunido en Gaza con palestinos puestos en libertad tras periodos de detención de entre uno y dos meses, señaló que algunos de ellos cuentan que tuvieron los ojos vendados durante varios días, o que sólo pudieron ducharse una vez durante todo el cautiverio.
Sobre la posibilidad de que muchos de ellos fueran detenidos en la instalación usada para interrogatorios por las fuerzas israelíes en una universidad de la capital de Gaza y que ellas mismas destruyeron esta semana, Sunghay reconoció que ninguno de ellos supo realmente dónde se encontraba detenido, ya que eran trasladados con vendas en los ojos.
«Lo que me han contado es consistente con los informes que nuestra oficina ha acumulado sobre la detención de palestinos a gran escala en prisiones secretas, incluidos muchos civiles. Víctimas de maltrato sin acceso a parientes, abogados o una protección judicial efectiva», afirmó en rueda de prensa para los periodistas acreditados ante la ONU en Ginebra.
Tampoco a las familias se les informó sobre el paradero de los detenidos, agregó el miembro de la oficina dirigida por el alto comisionado Volker Türk.
«Israel debe tomar medidas urgentes para garantizar que estos detenidos son tratados en línea con las normas internacionales humanitarias y de derechos humanos, notablemente en lo que se refiere a respeto al debido proceso», subrayó.
También reclamó la liberación de los aún detenidos «si Israel no puede demostrar imperativos de seguridad para no hacerlo», e investigar todas las sospechas de tortura o maltrato, tomando acciones para evitar que estos abusos se repitan.
«La víctimas y sus familiares tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación», afirmó Sunghay.
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