La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) redistribuirá a decenas de miles de sudaneses huidos del conflicto armado en su país hacia Sudán del Sur en tres campamentos cerca de la frontera común, dada la falta de servicios de atención en el campo donde fueron acogidos tras el estallido del conflicto a mediados de abril.
Según dijo hoy a EFE la representante de ACNUR en Sudán del Sur, Marie Helene, esta medida ha sido adoptada porque en el campo Gorom, al oeste de Yuba y establecido en un principio para acoger a unos 1.000 refugiados etíopes, «ahora está lleno con más de 50.000 refugiados» sudaneses.
Explicó que los sudaneses fueron acogidos en Gorom de forma provisional tras el estallido del conflicto entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el 15 de abril.
«Las autoridades de Sudán del Sur han decidido que los refugiados sudaneses que deseen permanecer en los campos de la ONU (…) serán registrados en tres campos designados para ellos» cerca de la frontera con Sudán, según Helen.
Por su parte, el representante en Gorom del Ministerio de Asuntos Humanitarios sursudanés, Peter Garang, explicó a EFE que su país prevé la llegada de más refugiados sudaneses debido a la continuidad del conflicto, y afirmó que «serán recibidos en cuanto crucen la frontera» en los nuevos campos, donde «hay mejores y suficientes servicios» de atención.
Los refugiados sudaneses en Gorom viven en condiciones trágicas debido a la falta de ayuda alimentaria y la propagación de enfermedades. Además, muchos de ellos se quejan de estar aislados de la capital sursudanesa, donde les resulta complicado llegar en busca de trabajo para cubrir sus necesidades.
ACNUR estima en más de un millón las personas que se han desplazado a países vecinos por el conflicto en Sudán, una considerable parte de ellas hacia Sudán del Sur, incluidos unos 240.000 ciudadanos sursudaneses que residían en el vecino norte y han retornado a su país huyendo de la violencia.
El conflicto, uno de los peores de la historia reciente de Sudán, ha dejado entre más de 1.000 y 3.000 muertos, según diferentes estimaciones, y ha obligado a más de 4,5 millones de personas a desplazarse dentro y fuera del país.
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