La situación crítica de inseguridad alimentaria en Etiopía debido a la sequía provocada por el fenómeno meteorológico de El Niño continuará aumentando en los próximos meses hasta alcanzar los 10,8 millones de afectados, si bien aún se puede evitar «una grave catástrofe humanitaria», advirtió hoy la ONU.
«El Gobierno de Etiopía y los socios humanitarios han llevado a cabo una evaluación y un análisis de la situación, que ha concluido que el número de personas en situación crítica de inseguridad alimentaria seguirá creciendo en los próximos meses hasta alcanzar un máximo de 10,8 millones durante la temporada de escasez de julio-septiembre», afirmó la organización en un comunicado.
Además, el impacto de la sequía provocada por El Niño afectó a las lluvias estivales provocando una gran escasez de agua, la sequía de los campos y la reducción de las cosechas, lo que derivó en un aumento de la malnutrición.
«Aunque la situación en muchas de estas zonas ya es alarmante, existe la oportunidad de evitar una grave catástrofe humanitaria», alertó la ONU en la nota, emitida de manera conjunta con la Comisión de Gestión del Riesgo de Desastres de Etiopía.
Así, unas 6,6 millones de personas ya están recibiendo ayuda alimentaria en todas las zonas afectadas, aunque la ONU advirtió de que hay poco margen para evitar un «mayor deterioro» y que se requiere «una acción urgente».
Rebeldes tigrinos
El norte de Etiopía es la zona más afectada y vulnerable, que aún no se recuperó de la guerra librada entre 2020 y 2022 en la región de Tigré entre el Gobierno central etíope y los rebeldes tigrinos, que causó cientos de miles de muertos.
Tanto Tigré como las regiones vecinas de Afar y Amhara están sufriendo el golpe de la inseguridad alimentaria.
Estas regiones ya superaron los umbrales de crisis reconocidos por las Naciones Unidas, que enfatizaron que la situación actual no refleja condiciones de hambruna.
Según la ONU, para declararse el estado de hambruna deben darse tres factores: que el 20 % de las familias afronte una escasez extrema de alimentos, que al menos el 30 % de los niños sufran desnutrición aguda y que la tasa de mortalidad diaria supere las dos de cada 10.000 personas.
Más de 860 personas murieron de hambre en Tigré en los últimos cuatros meses hasta diciembre de 2023, confirmaron el pasado 18 de enero a EFE las autoridades regionales.
Etiopía ha encarado al mismo tiempo inundaciones y lluvias torrenciales que sacudieron en meses pasados partes del sur del país por El Niño, además de una sequía persistente en el norte.
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