Managua.- El reelegido presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, asumirá el 10 de enero próximo su quinto mandato y cuarto consecutivo, en un acto que se celebrará en la Plaza de la Revolución, en Managua, anunció este lunes su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

El exguerrillero sandinista, de 76 años y que se encuentra en el poder desde el 2007 tras haber coordinado una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990, se impuso con un 75,87 % de los votos en las elecciones generales del 7 de noviembre pasado, con sus principales contendientes en prisión.

Murillo, que también fue reelegida como vicepresidenta, dijo a través de medios oficiales que el próximo 10 de enero, al final de la tarde, será el acto central de investidura en la Plaza de la Revolución.

«Nos van a tomar juramento a todos, el juramento al pueblo presidente», señaló la dignataria, que de momento no informó qué jefes de Estado y de Gobierno asistirán a la investidura.

«Ahí estaremos levantando todos con orgullo, porque hemos vencido la maldad, el odio, hemos vencido la discordia, el conflicto, la separación», continuó.

A juicio de Murillo, en las controvertidas elecciones del 7 de noviembre pasado, el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) venció «al demonio», en alusión a las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018 y que dejaron cientos de muertos, detenidos y decenas de miles en el exilio, y que el Ejecutivo tilda de un intento de golpe de Estado.

«Todos sabemos cómo se manifestó el demonio en aquellos días aciagos, porque hemos vencido y reinstalado y recuperado ese sentido de familia y comunidad de la dignidad y la soberanía nacional», destacó.

OEA, EE.UU. Y LA UE DESCONOCIERON COMICIOS

Ortega se impuso en unas elecciones en las que no participaron sus rivales políticos porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita, según las encuestas.

En reacción, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que aseguraba que esos comicios carecieron de «legitimidad democrática» y no fueron ni libres, ni justos, ni transparentes.

En tanto Estados Unidos calificó de la elección de «pantomima», y la Unión Europea (UE) de «fake».

Acto seguido, el Gobierno de Ortega acusó de «injerencia» a la OEA y anunció que tenía la intención de salir del organismo, para lo que denunció la Carta de la OEA, su documento fundacional firmado en 1948.

Según el reglamento del organismo, cualquier país que denuncia la Carta de la OEA tiene que esperar dos años para que la retirada se haga efectiva.

Entre los países que felicitaron a Ortega por su reelección se encuentran sus aliados de Bolivia, Corea del Norte, Cuba, Irán, Palestina, Rusia, Siria, Venezuela y Vietnam.

Nicaragua vive una crisis desde la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas de la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega, debido a que respondió con la fuerza.

Las protestas, calificadas por el Ejecutivo como un intento de golpe de Estado, dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.

 

EFE

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