El presidente del Comité Militar de la OTAN, almirante Rob Bauer, aseguró este lunes que la contraofensiva de Ucrania contra Rusia es una operación «difícil» y señaló que no es sorprendente que no avance con rapidez.
«La contraofensiva es difícil. La gente nunca debería pensar que esto es una victoria fácil. Nunca lo será», afirmó Bauer durante una rueda de prensa.
Indicó que hay «un número considerable de rusos en Ucrania» y «considerables obstáculos defensivos».
«Alcanzar el terreno en el que no hay más defensas en términos de infraestructuras y minas es una operación difícil para los ucranianos», comentó.
En ese sentido, recordó que en Normandía, durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas aliadas necesitaron entre siete y nueve semanas para romper las líneas defensivas de los alemanes.
«No es una sorpresa que no esté yendo rápido. La gente no debería hablar de ello de ese modo», expresó, e instó a seguir apoyando a Ucrania porque «este es un momento muy difícil para ellos».
«No deberíamos hacer comentarios sobre Ucrania diciendo que deberían ir más rápido o que es decepcionante que no vayan rápido. Este tipo de operación es extremadamente difícil y creo que el modo en que lo hacen es encomiable y creo que, por buenas razones, son prudentes en algunos sitios», expuso.
Señaló que en la contraofensiva es necesario encontrar «los puntos débiles y las mejores posiciones para intentar abrirse paso».
«Al mismo tiempo, los rusos responderán a las acciones ucranianas. Eso es la guerra», evidenció.
Bauer también indicó que el 90 % de las fuerzas terrestres de Rusia están ahora implicadas en la guerra en Ucrania.
«Lo que vemos en general es que los rusos tienen cuidado alrededor de la OTAN. No están buscando un conflicto con la OTAN, así que creo que eso es una señal de que están muy ocupados, y en el ámbito terrestre no creo que tengan muchas fuerzas disponibles para cualquier otra (operación)», señaló.
No obstante, afirmó que en la Alianza están «convencidos de que los rusos van a recomponerse» y, por ello, transmitió que los planes de disuasión y defensa que los líderes de la OTAN esperan aprobar este mes en la cumbre de Vilna se basan en el estado de las fuerzas armadas rusas antes de la invasión a gran escala de Ucrania que comenzó en febrero de 2022 y no en las condiciones que el ejército tiene ahora.
Aseguró que en el ámbito marítimo, aéreo y espacial, en particular, Rusia sigue siendo «muy capaz».
«Nunca deberíamos subestimar a los rusos y su capacidad de recuperarse, como han mostrado en la historia un par de veces. Necesitarán un tiempo para recomponerse», señaló.
Sobre la llegada de las tropas de Wagner a Bielorrusia y las consecuencias que podría tener para la defensa y seguridad de la OTAN, el subjefe de operaciones de personal del Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE), general de división Matthew Van Wagenen, aseguró que la Alianza ahora no ve cambios en las posturas de las fuerzas.
Pero agregó que si hubiera algún cambio, la propia OTAN podría modificar la postura de sus fuerzas con rapidez.
En cuanto al estado de las reservas de munición de los países aliados, Bauer admitió que las de «ciertos tipos» están disminuyendo, pero recalcó que son las naciones las encargadas de hacer su cálculo de riesgos entre lo que donan a Ucrania y compran a la industria.
«El secretario general (de la OTAN Jens Stoltenberg) ha dicho que debemos tomar ese riesgo, especialmente en el ámbito terrestre, porque si Ucrania pierde esa guerra, no es el fin de la inestabilidad. Es el inicio de más inestabilidad. Los rusos quieren volver a las fronteras de 1997», dijo, en referencia a la situación de Europa antes de que países de la órbita comunista entraran en la Alianza.
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