El alemán Lennard Kamna (Bora Hansgrohe) se apuntó al club de vencedores en las tres grandes al imponerse en solitario en la novena etapa de la Vuelta disputada entre Cartagena y el Collado de la Cruz de Caravaca, de 184,5 km, jornada atípica que mantuvo al estadounidense Sepp Kuss de líder.
Kamna (Wedel, 26 años), con victorias en el Tour (Villard de Lans) y en el Giro (Etna), cerró la trilogía mágica en lugar sagrado, en Caravaca de la Cruz, en cuyo collado próximo entró en solitario demostrando que era el más fuerte de la fuga definitiva. Aunque los tiempos se tomaron a 2 km de meta por razón de un mal tiempo que nunca llegó, Kamna irrumpió en la cima con medio minuto sobre el italiano Matteo Sobrero (Jayco), el inmediato perseguidor. Los favoritos, agrupados, firmaron tablas en ese punto anticipado y se dedicaron a terminar la etapa sin el menor esfuerzo, a ritmo de paseo. Tan solo Roglic trató de aprovechar su remate para arañar algún segundo. El esloveno se llevó 2 segundos de premios. Kuss conservó la roja con 43 segundos sobre Marc Soler y 1.03 respecto a Lenny Martínez. En la zona noble, Evenepoel es cuarto, 5 segundos por delante de Mikel Landa y Roglic, mientras que Vingegaard y Enric Mas quedan a 11 segundos y Juan Ayuso a 21. Los candidatos afrontarán la crono de Valladolid este martes con diferencias mínimas.
EL JUMBO PROTAGONIZA UN LOCO INICIO
En la salida de Cartagena, frente a la Muralla del Mar, las miradas apuntaban al cielo por la DANA. La antigua y gloriosa Cartago Nova durante el imperio romano esperaba tormenta, pero las nubes decidieron esperar la descarga. La tempestad la desató el Jumbo Visma a las primeras de cambio. Unas caídas y los abanicos provocaron una fuga con 6 de sus componentes, incluidos el líder Kuss, Roglic y Vingegaard. A ellos, atento a la maniobra, se unió Evenepoel, y juntos, con algunos invitados hasta sumas 12 unidades, abrieron camino ante el desconcierto de los damnificados. Una fuga de estrellas puso en jaque al pelotón. Todo el mundo a perseguir. El Movistar de Mas, el Bahrain de Landa, el UAE de Ayuso, Soler y Almeida, todos contra las cuerdas. Una locura de etapa que cubrió 54,363 km en la primera hora, promedio más alto de la historia en jornadas de más de 1000 metros de desnivel. EL
UAE APAGA EL INCENDIO
Doce hombres sin piedad se presentaron en el Puerto Casas de la Marina la Perdiz (1ª, 12,1 km al 5 por ciento, con rampas del 12), pero la aventura se terminó en los primeros km de la subida después de un buen «calentón» del UAE. Con el susto en el cuerpo, se firma la tregua entre los favoritos. Pasan a la escena los actores secundarios, los buscavidas del pelotón. Lejos de la cima ya había cambiado el escenario. Un grupo de 8 rebeldes, entre ellos 3 españoles, Rubén Fernández, Dani Navarro y Jon Barrenetxea, junto a Gehbreigzabhier, Kämna, Sobrero, Hamilton y Caicedo lograron el despegue y la calma en el grupo de favoritos después de la supersónica salida. Relativa calma. Cielo negro, sin lluvia camino de Caravaca, pero con rachas de viento huracanado. En un violento soplo de Eolo a la altura de Mula, pueblo de «Luisle» Sánchez y de Mo Katir, atleta subcampeón del Mundo dee 5.000 metros, los abanicos volvieron a sembrar el pánico. El Soudal de Evenepoel montó el protocolo de corte. Esta vez solo atrapó a Lenny Martínez y Poels.
VICTORIA DE KAMNA, LOS FAVORITOS FIRMAN TABLAS ANTES DE META
El arreón recortó la ventaja de los escapados de 8 a 4 minutos, pero no hubo operación caza. Jumbo decidió eliminar esfuerzos innecesarios. y restaba el ascenso al sexto final inédito de la Vuelta. Debido a las condiciones de la carretera y «para evitar riesgos», la organización decidió sobre la marcha que los tiempos para la clasificación general se tomarían a 2,6 kilómetros de meta, y además se suprimieron las bonificaciones. Al paso por Caravaca de la Cruz, presidida por la Basílica de la Vera Cruz, a 10 de meta, empezó la subida al Collado de la Cruz de Caravaca (2ª, 8,2 km al 5,5% / máx 20%), un puerto inédito, con algunas subidas y bajadas, muy peculiar, zona recién asfaltada para la ocasión. Allí marcó las diferencia Lennard Kamna, imparable cuando decidió atacar a 5 km de meta. El alemán se coronó en la Vuelta, ajeno al atípico desenlace que se vivía por detrás. Roglic aceleró para rebañar 2 segundos en el punto final de etapa. Y no hubo más lucha ni discusión. Todo el mundo encantado con «proteger a los ciclistas». No apareció DANA, pero un ligera lluvia bastó para mutilar un etapa que nació interesante, y que terminó en decepción.
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