“En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre. Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando”.
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Mayolo, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia. Nació alrededor del año 910, en el castillo de Valensole, en el este de la Provenza, y murió en 994 en Souvigny.
En la liturgia del día meditamos los textos: Hch 15,7-21; Sal 95 y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Juan capítulo 15, del verso 9 al verso 11. En el que JESÚS, les insiste a sus discípulos en la necesidad de permanecer en Él por el Amor, correspondiendo así al AMOR del Padre, con el que Él nos ha Amado. Se trata de una permanencia dinámica y activa en el ejercicio del Amor. Es el llamado “círculo virtuoso del AMOR”, por el que se permanece en el Señor actuando y Amando de la misma manera en que Él nos Ama.
San Juan define a Dios como “AMOR” (1Jn 4,8). Por eso podemos comprender la vida Trinitaria como una perfecta comunión de AMOR que todo lo Crea, Salva y Santifica. El AMOR del Padre y del Espíritu Santo genera al Hijo-Salvación y el AMOR del Padre y del Hijo genera el Espíritu Santo, Santificación.
Es claro que la iniciativa de AMOR es del Padre, en quien todo tiene origen. Y JESÚS su raciocinio, nos los explica de manera simple: El Padre AMA al Hijo que “Permanece” en SU AMOR, observando su mandamiento. Cristo AMA a los suyos con el mismo AMOR que recibió del PADRE y en el que los suyos pueden permanecer, observando el mandamiento de su Maestro.
Lo que JESÚS pide es que acojamos el AMOR del Padre. Parece paradójico, pero para el hombre, Amar a DIOS significa antes que todo dejarse AMAR por Él, porque Amar a DIOS nunca es iniciativa humana, es siempre una respuesta a un Don. Cuando hay AMOR, el cumplimiento del mandamiento se vive con alegría. Incluso el sacrificio puede ser alegre, y sereno. Por eso es que el tema de la alegría y su relación con la fiesta, tan común en el Antiguo Testamento, es utilizado también por JESÚS: “Les digo esto para que mi alegría esté en ustedes y vuestra alegría sea plena” (Jn 15,11).
Al confrontarnos con el texto, obtenemos una respuesta rápida de JESÚS, ya que, Él nos dice que, si permanecemos en su AMOR, se proyectará la alegría y el entusiasmo en cada momento de nuestras vidas, porque Su alegría estará en nosotros y así nuestra alegría llegará a la plenitud. Por lo que, ninguna contrariedad, ni ningún problema por muy grande que sea, será capaz de destruir o arrancarnos la Alegría que viene del AMOR de Cristo.
“AMOR, Obediencia, y Alegría” podrían ser la síntesis de la reflexión de hoy. Primero viene el AMOR de JESÚS hacia nosotros; pero a su vez Él es el Amado del PADRE. JESÚS obedece al PADRE y nos AMA hasta la muerte en cruz. El AMOR de JESÚS pide respuesta: “permanezcan en mi amor”, lo que nos hace experimentar la alegría de sabernos amados por DIOS. Por eso es que hoy es el día para pedirle a DIOS que nos dé, la gracia de Su Amor y la alegría de permanecer fieles a Él, y que nuestras actitudes y nuestras acciones Revelen al mundo el Amor Misericordioso de DIOS PADRE, que envió a su Hijo al mundo, para dar su vida por AMOR y con su sacrificio pudiéramos experimentar la Alegría en este mundo terreno y Escatológicamente en el Banquete de la Vida Eterna.
Señor JESÚS, haz que experimentemos el gozo de la fidelidad a Tu Palabra y vivamos como Testigos de Tú AMOR en el mundo, y podamos tener la fuerza para imponernos al desaliento y a la autosuficiencia que tanto daño nos hacen.
Amén
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