Panamá reclamó este viernes que Colombia «no quiere colaborar con cerrar el tránsito» de migrantes irregulares por la peligrosa selva del Darién, la frontera natural entre ambos países, para garantizar una migración «ordenada, segura y regular» que permita acabar con la crisis humanitaria y de seguridad que involucra este creciente flujo.
Colombia «no quiere colaborar con cerrar el tránsito, con minimizar el tránsito, no lo está haciendo», dijo en una rueda de prensa la directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá (SNM), Samira Gozaine, que recalcó que en lo que va del año «más de 260.000» personas migrantes han cruzado la selva con destino a Norteamérica, un cifra récord, que ya supera el total de todo el 2022.
Gozaine aseguró que tras el anuncio de Estados Unidos de que varios gobiernos, entre ellos el colombiano, cooperarán para manejar y reducir el flujo de migrantes irregulares hacia Norteamérica, Colombia está dejando pasar hacia la selva «a más personas».
«Entonces, le están pasando el problema a la región, a Panamá. No hemos logrado ni siquiera obtener información correcta porque también hemos pedido desde el punto de vista humanitario que se nos informe de cuántas personas vienen», añadió la directora de migración.
Es así que Panamá ha recibido «en los últimos días 2.600 – 2.700 – 2.800 personas por día en el flujo del Darién», señaló la funcionaria, que destacó que solo en julio pasado «ingresaron más de 55.000 personas» migrantes en tránsito al país.
En opinión de Gozaine, «lamentablemente» la migración irregular por el Darién «es un negocio para grupos organizados que se encuentran del lado colombiano», por lo que para enfrentar la situación «obviamente se tienen que tomar decisiones de alto nivel para poder entonces cerrar el negocio», millonario, pues los migrantes «pagan 1.000 dólares» para cruzar la selva.
«Nadie quiere atacar porque es una responsabilidad», atender a los migrantes, apuntó Gozaine, que recordó que Panamá «es el único país que invierte esfuerzo y dinero en atender esta población que llegan casi moribunda a Darién».
A los demás países por donde pasan estos «no llegan en esas condiciones», Panamá ha invertido «más de 65 millones de dólares» en la asistencia de alimentación y salud que ofrece a los migrantes desde hace varios años, dijo.
«Ningún país quiere invertir en estas personas», agregó
PREOCUPACIÓN POR LA SITUACIÓN EN COSTA RICA
Gozaine expresó además su preocupación porque las autoridades de Costa Rica está «solicitando tomar algún tipo de medidas» orientadas a disminuir el flujo migratorio en su frontera, lo que generaría una aglomeración en territorio panameño «que ahora Panamá no puede manejar».
«No nos han dicho una cifra (específica de cruces diarios), hemos recibido comunicaciones por parte de Cancillería a través de nuestra Cancillería de que ellos están solicitando tomar algún tipo de medidas», dijo la directora de Migración.
Alertó además de que al parecer «empresarios que tienen su negocio del lado de Costa Rica» van «a hacer una huelga el día lunes» próximo, debido a que los migrantes se han convertido en un riesgo sanitario, lo que puede complicar la situación.
«Hacemos un llamado a los organismos internacionales que protegen los derechos humanos de las personas migrantes para que también se involucren a proteger los derechos humanos de las personas en las áreas de acogida (…) se están viendo afectados por la basura que dejan tirada en las calles y por el hecho de que estas personas están haciendo su necesidad en cualquier lugar, sin importarle las consecuencias de sanidad que puede traerle a la población», afirmó.
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