El Papa Francisco, durante su visita a la cárcel femenina de Venecia, destacó la importancia fundamental de brindar a los presos «espacios de crecimiento» en el sistema penitenciario.
En un entorno marcado por el dolor y la falta de recursos, el pontífice argentino resaltó la posibilidad de que la prisión se convierta en un lugar de renacimiento moral y material, impulsando la dignidad a través del respeto y el cuidado de talentos y capacidades.
En el marco de la 60ª Bienal de Venecia, la Santa Sede ha creado el pabellón «Con sus ojos», en colaboración con las reclusas, explorando a través del arte el sufrimiento y estigma de las mujeres dentro y fuera del penal.
El Papa, primer pontífice en visitar la Bienal, enfatizó que «nadie puede quitar la dignidad a una persona».
Asimismo, abogó por que el sistema penitenciario ofrezca instrumentos para el crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional de los detenidos.
Durante su encuentro con los artistas involucrados en el pabellón, el Papa elogió el papel del arte en la lucha contra el racismo y las desigualdades, advirtiendo sobre su posible «vampirización» por el mercado.
En este sentido, instó a que el arte contemporáneo »abra nuestra mirada» y valore la contribución de las mujeres como protagonistas de la aventura humana.
El Papa Francisco recordó que los artistas tienen la responsabilidad de ir más allá, distinguiendo el arte de las influencias mercantiles, para colaborar en la liberación del mundo de injusticias como el racismo, la xenofobia y la desigualdad.
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