París, Francia.  Alber Elbaz, uno de los diseñadores más icónicos de la primera década de los 2000 gracias a su trabajo en Lanvin, es recordado desde este sábado en el Palais Galliera de París, donde una exposición reúne 46 creaciones de diseñadores como John Galliano o Rei Kawakubo.

«Love brings love» («El amor llama al amor») es el título de esta colección que fue presentada en octubre en un desfile homenaje al diseñador israelí, que había fallecido en abril a los 59 años a causa del coronavirus.

La noticia impactó entonces al mundo de la moda que desde diciembre de 2020 ha perdido a varios de sus referentes, como Kenzo Takada, Pierre Cardin y Virgil Abloh. Sobre todo porque Elbaz acababa de lanzar tres meses antes su propia marca, «AZ Factory».

Precisamente esta firma es la que ha estado detrás de la 46 piezas expuestas en el Palais Galliera, que recogen la esencia de Elbaz y sus principales aportaciones al mundo de la moda.

Es decir, la ligereza de sus vestidos cóctel, la alegría de sus colores en pasarela, su pasión por los plisados y los grandes lazos, principales elementos retomados por sus colegas en esta colección.

La exposición, abierta al público hasta el 10 de julio, reconstruye además el ambiente de la pasarela, con música y luces. Además, retoma una de las frases más repetidas por Elbaz como mantra: el amor llama al amor, una forma ahora de poner en valor la fraternidad de los diseñadores tras el aislamiento provocado por la pandemia.

Firmas como Alaïa, Alexander McQueen, Balmain, Bottega Veneta, Giorgio Armani o Dries Van Noten se han sumado al homenaje, en el que tiene también una importante participación Lanvin, la firma en la que Elbaz trabajó durante catorce años hasta la separación contractual de ambos en malos términos en 2015, un golpe que al carismático creador le costó mucho asimilar.

Resulta interesante ver cómo cada creador integra los códigos de Elbaz con los suyos propios.

El belga Anthony Vaccarello, director creativo de Saint Laurent, recrea el «smoking» de su firma con unas exageradas gafas de pasta y una gigantesca pajarita fucsia, color por excelencia de Elbaz; Daniel Roseberry, al frente de Schiaparelli, convierte un vestido de cóctel con volantes en una obra surrealista, haciendo honor a los orígenes de la firma para la que trabaja.

Algunos de los diseñadores han apostado por incluir el rostro de Elbaz en sus creaciones, como Ralph Lauren, que lo ha convertido en un osito bordado; Hermès, que ha tejido su silueta en un vestido de punto plisado o Bruno Sialelli, el actual jefe artístico de Lanvin, que ha utilizado una foto de Elbaz en la capa de un vestido.

«Querido por su amabilidad, su humor y el amor hacia sus colegas, Elbaz soñaba con hacer un gran espectáculo que reuniera a los diseñadores más talentosos del mundo», recuerda en un comunicado el Palais Galliera, que con esta exhibición refleja su interés por la creación contemporánea y no solo por la historia antigua de la moda.

 

EFE noticias

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