Jerusalén.- El Parlamento israelí aprobó hoy una moción de la oposición para disolverse que, de ratificarse en trámites posteriores, llevaría al país a nuevos comicios generales, los cuartos en dos años.
Tras un debate de varias horas, 61 de los 120 miembros de la Knéset (Parlamento) votaron por la disolución, que contó con el aval del partido centrista Azul y Blanco, miembro de la coalición de Gobierno y principal socio del Likud del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
La moción fue aprobada en lectura preliminar y aún quedan tres más, que deben ratificarse antes de que se disuelva el Parlamento y que se prevé se sometan a votación a partir de la semana que viene.
La votación de hoy se produjo en medio de fuertes disputas internas en el Ejecutivo, formado en mayo de este año y que ya estuvo al borde del colapso en agosto.
Más allá de los continuos roces y cruces de acusaciones personales entre Netanyahu y Beny Gantz, líder de Azul y Blanco, las diferencias entre sus formaciones se centran actualmente en la aprobación del presupuesto general del Estado.
Mientras que el acuerdo de coalición entre ambos preveía un presupuesto bianual para 2020 y 2021, Netanyahu solo se ha mostrado dispuesto a aprobar uno de un año, argumentando factores económicos por la actual crisis causada por la pandemia de coronavirus.
El tema del presupuesto no es una mera decisión burocrática, dado que, según el acuerdo de rotación firmado entre ambos y por el que está previsto que Gantz reemplace a Netanyahu en noviembre de 2021, su no aprobación es la única forma en que el actual primer ministro puede hacer caer el Gobierno, evitando no solo la rotación del año próximo, sino también ser reemplazado por el líder de Azul y Blanco en un eventual Ejecutivo en funciones.
En esta circunstancia, muchos analistas consideran que el apoyo de Azul y Blanco a la moción de disolución del Parlamento presentada hoy por la oposición no es más que un nueva herramienta de negociación en su intento de que Netanyahu acceda a respetar los términos del acuerdo.
El plazo fijado para la decisión final sobre los presupuestos es el próximo 23 de diciembre. Pasada esa fecha, de no llegarse a un acuerdo, ya sea para su aprobación o para una nueva extensión del plazo, el Parlamento quedaría inmediatamente disuelto y los israelíes volverían a las urnas por cuarta vez en menos de dos años.
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