El presidente del Parlamento de Honduras, Mauricio Oliva, y el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, entraron este lunes a la recta final de los comicios internos para escoger al candidato presidencial del gobernante Partido Nacional de Honduras, con el reto de sumar un cuarto período consecutivo en el poder.
Uno de los dos será electo el día 14 como el candidato presidencial del Partido Nacional en las elecciones generales del 28 de noviembre, que serán las undécimas consecutivas desde que el país centroamericano retornó a la democracia, en 1980, después de varios años de regímenes militares.
Los otros dos partidos que celebrarán elecciones internas son el Liberal, que durante un siglo ha alternado el poder con el Nacional, y el Libertad y Refundación (Libre), que fue fundado en 2011, luego del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya.
Oliva, de 70 años y médico de profesión, lleva dos períodos consecutivos como presidente del Parlamento de Honduras, mientras que Asfura (62), también conocido como «Papi a la orden», es un empresario de la construcción que suma dos mandatos al hilo como alcalde de Tegucigalpa, la capital hondureña.
PARTIDO NACIONAL ANTE EL RETO DE GANAR CUARTO PERÍODO CONSECUTIVO
El reto principal que tendrá el próximo candidato presidencial del conservador Partido Nacional será ganar por cuarta vez consecutiva las elecciones generales, aunque en las últimas dos, según denuncias de la oposición, hubo «fraude».
La situación se presenta difícil para el Partido Nacional, que además del desgaste natural por tres mandatos seguidos, se ha visto salpicado por denuncias de presunto narcotráfico de algunos de sus líderes, como el presidente del país, Juan Orlando Hernández, quien ha rechazado las acusaciones y cuyo mandato finalizará el 27 de enero de 2022.
Además, varios diputados, entre ellos Mauricio Oliva, y el mismo Nasry Asfura, han sido implicados en supuestos de corrupción en perjuicio del Estado.
AMBIENTE MARCADO POR LA COVID
Las elecciones primarias del 14 de marzo se celebrarán en un ambiente marcado por los efectos de la pandemia de covid-19 que desde hace un año afecta a Honduras, que ya registra cerca de 175.000 contagios y más de 4.000 muertos.
A la pandemia se sumaron, en noviembre, las tormentas tropicales Eta e Iota, que dejaron muchas pérdidas materiales y económicas, agravando la débil economía nacional, que se había desplomado a causa de la covid-19.
El Partido Nacional también tiene en contra un rechazo generalizado de la oposición, que incluso ha llegado hasta las ofensas de algunos activistas de otros partidos.
Honduras también sigue viviendo la crisis derivada del golpe de Estado a Manuel Zelaya en 2009, que se agudizó luego de que el presidente Hernández fue reelegido, pese a que la Constitución no lo permite bajo ninguna modalidad, además de las denuncias de «fraude» que aduce la oposición.
ALTERNANCIA DEL PODER
Desde las primeras elecciones generales, en noviembre de 1981, diez han sido ganadas por el Partido Nacional y diez por el Liberal, aunque este último se resquebrajó luego del golpe de Estado de 2009, y fue relegado a segunda fuerza de oposición al surgir Libre y participar en los comicios de 2013.
La oposición también tiene el reto de sacar del poder al Partido Nacional, para lo que algunos líderes han venido promoviendo una alianza, sobre la que no hay un consenso generalizado debido a divisiones internas en sus partidos.
Para algunos analistas, los partidos Libre, Liberal y Salvador de Honduras, que constituyen las principales fuerzas de oposición, no tienen capacidad para derrotar, sin hacer alianzas, al Nacional, al que le atribuyen estar mejor organizado, aunque también consideran que ha tenido un desgaste en los tres períodos que lleva gobernando, además de controlar los tres poderes del Estado.
EFE
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