Miami.-El investigador William Navarrete, autor del nuevo libro «Cuba, patria y música», un viaje por la isla a través de la música desde el siglo XIX hasta la actualidad, dice que la canción «Patria y vida», ganadora de dos Grammy Latinos, ha «colocado a Cuba en el carro de la modernidad después de 80 años oscuros».
«Ya todo cabe, creo que los menos modernos tendrán que ajustarse, aceptar todas estas expresiones contemporáneas que los más puristas encuentran espantosas, pero tienen una gran aceptación en la población joven, que es la que en realidad lleva la batuta», afirma Navarrete.
«‘Patria y vida’ cae como anillo al dedo en estos momentos. Es vital para llamar la atención de lo que sucede en Cuba, que se ha quedado prácticamente en el siglo XIX», añadió.
«Cuba, patria y música», de la editorial Unos & Otros, de Miami, que será presentada por primera vez en esta ciudad el próximo 22 de diciembre, parte de un libro anterior sobre música cubana escrito por Navarrete en francés.
Aquel volumen llegaba hasta 1959 y varios lectores le pidieron al autor una continuación.
«Faltaba saber lo que estaba pasando afuera y la manera en que la música cubana se regenera afuera. La salsa no hubiera surgido de no haber tanto músico cubano exiliado», dice rotundo.
Faltaban Celia Cruz y Olga Guillot
Según asegura este periodista, novelista y poeta de 53 años, de los que lleva 30 viviendo en París, «el fenómeno» de «Patria y vida», que se alzó con el Latin Grammy a Mejor Canción de 2021 y otro de música urbana, no fue la motivación principal de actualizar su libro «La canción cubana: 1902-1959 (textos y contextos)», sino otros derroteros.
«Los motivos principales fueron, por ejemplo, la muerte de Olga Guillot, los funerales de Celia Cruz donde yo estuve, en la Torre de la Libertad (de Miami), todo eso no estaba», explica.
«La motivación era hablar del reencuentro de Bebo Valdés con (su hijo) Chucho Valdés en el documental de Fernando Trueba, los discos fabulosos de Bebo Valdés con El Cigala, todo eso tuve que añadirlo para que estuviese completo hasta el 2021. Lo de ‘Patria y vida’ quedó como colofón», apuntó.
Navarrete, que a los 25 años ordenó por géneros mientras trabajaba allí el departamento de música de la cadena de tiendas francesas FNAC, dice que este libro es un homenaje «a la gente que tiene que irse de su país por determinadas razones».
«No es un viaje a través de la historia, es un libro de humanismo, es la historia de la gente que tiene que irse de su país por razones políticas, económicas, afectivas; emigrar, irse a otra parte y rehacer su vida en otro lugar y empezar de cero prácticamente».
El autor acota que «todos (los músicos) no han sido Paquito d’Rivera o Gonzalo Ruvalcaba. Entonces, es un libro para rastrear esa historia y esa manera en que la música cubana se ha mantenido fuera de Cuba, a tal punto y con tanta cantidad de representantes que incluso podría considerarse un movimiento independiente».
Sonido cubano de Miami
En el capítulo «El decenio gris de la música cubana», que parafrasea al denominado «quinquenio gris de la cultura» que ocurrió en la isla entre los años 1970 y 1975, Navarrete rebusca en lo que sucedía paralelamente con la música en Miami.
«Son los años 70, se puso aquello muy feo a partir del proceso estalinista que fue el juicio de (el escritor Heberto) Padilla, y eso marca un periodo oscuro de 10 años en la música cubana (…), excepto la glorificación de la Nueva Trova», explica Navarrete.
«Coincide con el renacimiento de la música cubana fuera del país con los ‘cubanamericans’. Es cuando empieza Miami Sound Machine, Willy Chirino…Son los hijos de cubanos criados en la Florida. De hecho, el primer disco de Gloria Estefan en español se llama ‘Renacer’. Fue muy premonitorio», amplía sobre este tramo recogido en su libro.
«En el momento en que en Cuba se estaba estancando, aquí estaba renaciendo un fenómeno nuevo con los ‘cubanamericans’, con un sonido de Miami, que se llama así», dice el autor.
«Este libro inicialmente se iba a llamar ‘Con tu música a otra parte’, pero en francés no funcionaba. Hubiera funcionado en español; sin embargo, demoré 20 años en sacarlo en español», detalla Navarrate, que al actualizarlo necesitó reescribirlo.
«No iba a permitir que me tradujeran, siendo mi lengua materna el español me tocaba a mí volver a escribirlo, así me sentía libre», comenta.
Compay Segundo: Nace una estrella
Navarrete incluye en su volumen una historia poco conocida, «el momento en que descubren a Compay Segundo», que según afirma fue un festival de Nantes (Francia) en 1995.
«Hablo del fenómeno porque fui testigo de un momento interesante, el momento en que descubren a Compay Segundo, por eso está la foto de él conmigo», dice el autor en referencia al festival Les Allumées, de Nantes, que ese año estuvo dedicado a la cultura cubana.
Se les ocurre hacer una mesa redonda sobre los derechos humanos y la democracia en Cuba. En respuesta, el Ministerio de Cultura de Cuba no dejó salir a nadie al festival que tenía todas las entradas vendidas. El único que llegó fue Compay Segundo que era un desconocido y andaba tocando por Europa en un timbiriche».
«Cuando llega a Nantes», recuerda Navarrete, «todas la prensa se enfocó en él; se convirtió en la estrella cubana. La gente descubrió sus canciones y entonces sacó su primer disco. Ese es el germen de Buena Vista Social Club», aseguró el autor.
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