Ciudad Guayana.- El reportero gráfico William “Perico” Hernández se despidió de Ciudad Guayana este 24 de octubre, coincidiendo con el día del Trabajador Gráfico.
No es casualidad para quienes tuvieron el lujo de conocerlo y trabajar con él, pues su amor por la fotografía y la pasión en todo lo que hacía, lograba que cada 24 de octubre se le rindiera reconocimiento a su trabajo.
En un reportaje realizado por la periodista Patricia Campos, quien por años también formó parte de la casa Nueva Prensa, “Perico” –como cariñosamente se le conocía- le dijo que él caminaba más que viejito perdido.
Así se definía William Hernández a sí mismo, a sus 62 años de edad –en ese entonces-, todavía trabajador activo de su casa, Nueva Prensa.
Y bastante razón tenía. “Perico” recorría las calles de Ciudad Guayana con su indumentaria de costumbre: lentes oscuros, chaleco, barba blanca, un coala, gorra y su compañera infaltable: la cámara.
William Hernández nació en Caracas el 13 de marzo de 1948. En sus largas conversaciones (por eso le decían Perico) recordaba que desde pequeño se mostró independiente y amante del caminar.
“A los 7 años me fui para la calle, vendía periódico y limpiaba zapatos”.
A los 10 años de edad, Perico termina en el Consejo Venezolano del Niño, en San Cristóbal, estado Táchira. Era época de Marcos Pérez Jiménez. Allí aprendió algo de carpintería, manualidades y agricultura.
Sin embargo, lo regresan a vivir con sus padres en Caracas, aunque al poco tiempo volvió a escaparse.
“Comencé a ser limpiabotas y me ganaba mi sueldito”.
Para ese entonces, “Perico” logró reunir cien bolívares –que para la época era mucho dinero- y se compró su primera cámara fotográfica marca Alpha.
Y adicional a eso, se inscribió en un curso de fotografía en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela.
Estos conocimientos le sirvieron para obtener su primer trabajo como fotógrafo en el periódico Tribuna Popular; luego pasó a El Clarín y después trabajó en el Consejo Nacional.
“Del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez me mandaron afuera para que dejara de ser comunista”. Al principio la idea no le agradó mucho, pero luego lo asumió como una gran oportunidad.
Fue el propio presidente quien le otorgó una beca para hacer una licenciatura en Fotografía en el Instituto Técnico Estadal Industrial “Galileo Galilei”, ubicado en Milano, Italia.
Su paso por Bolívar
Cinco años después, “Perico” regresa a Venezuela con título en mano y logra conseguir su primer contrato como reportero gráfico con Carlos Delgado Chapellín, presidente del Consejo Supremo Electoral.
Cinco años estuvo al frente de este organismo, lo que hizo que pusiera en práctica todo lo aprendido en Milano y cogiera la experiencia necesaria que lo transformó en un reconocido reportero gráfico.
Al salir del Consejo Supremo Electoral, “Perico” llegó a Ciudad Bolívar donde pensaría iniciar nueva etapa de su vida de la mano del diario El Expreso.
“No duré ni un día”, confesó, aunque no fue ningún tropiezo para él, pues a los pocos días arrancaba nuevas experiencias en el Consejo Municipal como asesor de fotografía.
Bolívar le abrió camino y su curriculum creció en la entidad sur oriental de Venezuela.
Trabajó en Notidiario, El Guayanés y fue fundador del diario Nueva Prensa de Guayana, donde cumpliría sus labores como reportero gráfico por más de 18 años.
Nueva Prensa le permitió a “Perico” mostrar la realidad de Ciudad Guayana, su tierra amada, no solo en sus paisajes naturales sino el retrato de una decadencia y deterioro que no era invisible al ojo del guayanés.
“Perico” supo reconocer el valor humano de quienes aportaron conocimiento, inversión y amor por Guayana. Es por ello que conocía a tantas personalidades del mundo artístico y empresarial que dio su aporte al desarrollo de esta ciudad.
En cada evento que asistía como reportero gráfico era común el deseo de los invitados de ser retratado por “Perico” Hernández. Conocía a “todo el mundo” y “todo el mundo” a él.
Entre anécdotas y conversaciones siempre manifestó su cariño especial por la fuente Comunidad, su pasión por la música de la Billo’s; Oscar D’ León y Los Melódicos.
Además de sus memorias gráficas de La Gran Sabana y Canaima.
“Perico” recorría Ciudad Guayana, con su amiga infaltable, porque lo llenaba de vida. Así lo confesó en algún momento.
Su deseo más ferviente era trabajar como reportero gráfico hasta el último día de sus vidas.
Aunque los últimos años se vio obligado a echar freno a su vida laboral, Perico siempre se mantiene y se mantendrá en el recuerdo de los guayaneses como un tesoro invaluable que aportó risas, anécdotas y experiencia, desde su casa, Nueva Prensa.
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