Individuos sin escrúpulos convirtieron la parte baja del elevado en un basurero. Los desechos sólidos dominan la prolongación de la carrera Chipia y carrera Sucre del centro de San Félix, a escasos metros del barrio El Centro y San Rafael.
Los desperdicios que abandonan en este espacio, pareciera que son los que generan algunos comerciantes en la zona, posiblemente dueños de comercios informales.
Desde cascara de naranjas, cartón, alimentos en avanzado estado de descomposición, hortalizas, entre otras cosas que producen olores nauseabundos en este sitio.
El descuido de este sitio es evidente, la estructura del elevado se encuentra destruida y en las noches se convierte en boca de lobo.
Carmen Parras dice que solo transita de día por este lugar, desde San Rafael, a la zona comercial de San Félix. Cuando le toca regresar a su casa después de las seis de la tarde, sube por la carrera Mariño, ella considera que es más seguro.
“Zona Roja”
Otro transeúnte exclamó que en las noches se alojan en el distribuidor, consumidores de drogas e indigentes y “han ocurrido robos, por este motivo la gente ha dejado de pasar por debajo del elevado”, indicó.
Testigos anónimos dicen que residentes de comunidades cercanas y ciertos dueños de comercios, envían a sus trabajadores a botar la basura debajo del puente; otros llegan en sus carros y la abandonan en la acera.
Juana Cortez considera que la alcaldía de Caroní debería rescatar este lugar, poner luces y pintar la estructura.
Botes de aguas negras
En la carrera Sucre, adyacente a la Plaza Miranda, existe un bote de aguas negras que es permanente.
Las aguas salen de los alrededores de la CANTV, carrera Mariño, baja por la calle 5 y culmina su recorrido en una alcantarilla, cerca del Hotel Miranda.
Roberto González, residente de muchos años, manifestó que trabajadores de Hidrobolívar, han realizado el trabajo, pero a los pocos días, sigue el bote de aguas fecales.
“Por último, decidieron conducir las aguas negras hasta la alcantarilla y no resolver el problema en la carrera Marño, que es en donde está el problema”.
Cuenta que el olor es insoportable y perjudica a muchas personas, incluyendo a vendedores de alimentos que se colocan en la calle a expender comida rápida.
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