Lima, Perú. Perú reunió a sus estrellas más internacionales de la música para inaugurar sus primeros Juegos Panamericanos, aunque para lograrlo tuvo que acudir a la tecnología, única forma posible de que su cantautora Chabuca Granda comparta escenario con el afamado tenor Juan Diego Flórez.
Continuó la interpretación de Flórez de ‘La flor de la canela’, canción que el público que había estado muy entusiasmado desde antes de iniciar la ceremonia, acompañó con energía a un Flórez que terminó la última nota con los brazos arriba y aclamado por las tribunas.
El principal espectáculo musical de la noche fue una reminiscencia a la Lima de antaño, a la que Chabuca, quien murió hace cerca de 36 años, compuso y dedicó sus principales interpretaciones.
La cantautora es uno de los símbolos más importantes de la identidad peruana contemporánea, pero sobre todo de la limeña, protagonista indiscutible de la ceremonia inaugural por ser la ciudad donde se desarrollan los Panamericanos.
Por ello el público se puso de pie no solo ante el arte de su músico más internacional, Flórez, quien emociona en los escenarios más importantes del mundo, sino ante la emotividad que les provocó la letra de la canción que venera a su ciudad, «La flor de la canela», que ensalza la belleza de sus puentes de madera y alamedas, pero también de su naturaleza.
No en vano una de las partes más ovacionadas del espectáculo fue el juego de luces que reflejó la olas de su mar sobre el centro del escenario, para luego pasar a un desfile de caballos peruanos de paso, al son de una marinera, baile típico costeño.
Una danza hecha con los colores y la forma de la flor de Amancaes, flor amarilla representativa de Lima por la importancia en su historia, desde cuando se celebraba en su nombre la principal fiesta de la ciudad en la época colonial, hasta ahora, que sobrevive en algunas lomas limeñas, y también en sus símbolos gráficos, como el logotipo de Lima 2019, sus primeros Juegos Panamericanos.
Perú completó el desfile de sus más importantes voces con la de la soprano Yma Sumac, que acompañó en un esfuerzo de sincronización tecnológica a la interpretación del Cóndor Pasa que hizo la destacada violinista peruana Pauchi Sasaki.
Todo ello ante un auditorio que, pese a lo que se predecía iba a completar su aforo de cerca de 50.000 espectadores por haberse agotado el total de las entradas de la ceremonia inaugural con semanas de antelación, no logró llenar sus tribunas.
EFE
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