El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó no reanudar el cese el fuego con el Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las FARC, ni establecer un diálogo tras la escalada de violencia en el suroeste del país y mientras el grupo armado no «desmonte las economías ilícitas».
Así lo informó el ministro de Defensa, Iván Velásquez, después participar en un Consejo de Seguridad celebrado en Popayán, capital del departamento del Cauca, quien además ofreció una recompensa de 500 millones de pesos (unos 130.000 dólares) por información que permita la captura de cabecillas de la facción Jaime Martínez del EMC y el aumento de efectivos en el Cauca.
El jefe de Estado colombiano también ordenó afectar las finanzas de este grupo ilegal tanto en narcotráfico como en la minería ilegal para debilitar a la organización, indicó la Presidencia en un comunicado.
Adicionalmente, con la coordinación del Departamento Nacional de Planeación, el Departamento de Prosperidad Social y ministerios como Agricultura, Salud, Transporte y Educación se emprenderán jornadas de trabajo con los alcaldes del Cauca para desarrollar proyectos de infraestructura que incluyen puestos de salud, centros escolares y vías.
Esto para impulsar iniciativas que permitan sustituir más de 15.000 hectáreas sembradas de coca en el cañón del Micay y el municipio de Argelia.
Petro visita el municipio Morales
Petro se desplazó, junto a Velásquez y la cúpula militar y de la Policía, hasta el municipio de Morales, en el Cauca, donde visitó la estación de Policía atacada esta semana por el EMC y destacó la labor de los 17 miembros de la institución que repelieron el ataque.
El lunes una facción del EMC hostigó durante unas dos horas la estación policial de Morales y en los ataques murieron cuatro personas: dos policías y dos presos que estaban en la estación de la institución.
Durante la jornada también resultaron heridas seis personas por la detonación de una motocicleta-bomba a las 6:15 hora local en cercanías de un hotel donde se hospedan uniformados que están «fortaleciendo la seguridad del municipio» de Jamundí, en el departamento de Valle del Cauca.
El miércoles murió otro soldado en enfrentamientos entre el Ejército y el EMC en el municipio de Patía.
Los ataques de esa disidencia se han intensificado en esa región del país, luego de que en marzo pasado el Gobierno suspendiera el cese el fuego bilateral en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca y Cauca por la violencia de ese grupo armado contra indígenas y contra la fuerza pública.
En respuesta, el Ejército ha aumentado sus operaciones ofensivas en los últimos meses en el Cauca, que se ha convertido en uno de los escollos de las negociaciones de paz entre el Gobierno y el EMC.
El diálogo con el grupo armado está empantanado desde que el EMC se dividió en dos y el Gobierno dejó fuera de la mesa de negociación a los disidentes del suroeste del país, que son los grupos más violentos y los que más ataques cometen.
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