México.- Hace tres años el mundo del espectáculo latinoamericano perdió a uno de sus máximos exponentes: “El Divo de Juárez”, el incomparable Juan Gabriel.

La voz y estilo musical de Alberto Aguilera Valadez, su nombre de pila, rompieron el estereotipo del mariachi «macho» que a mediados de los años setenta era lo común en México, su país natal, pues con su trabajo artístico logró mostrar que el hombre era capaz de exponer sus sentimientos.

La polémica que vino tras la muerte de Juan Gabriel el 28 de agosto del 2016, en Santa Mónica, California, no ha cesado al día de hoy. Después de conocerse su testamento, en el que dejaba como único heredero a su hijo Iván Aguilera Salas, las peleas familiares no se hicieron esperar, y de manera simultánea comenzaron a aparecer decenas de supuestos hijos no reconocidos del cantante.

Por otro lado, la hipótesis sobre el hecho de que Juan Gabriel estaría vivo, ha rondado su recuerdo.

Joaquín Muñoz, presunto ex manager del artista, desató el escándalo por la supuesta “resurrección” de “Juanga”, asegurando a los medios que la estrella mexicana no murió y que pensaba reaparecer en diciembre pasado, cosa que no ocurrió,  aunque  logró crear dudas y esperanzas en la fanaticada. Algunos siguen creyendo que está vivo, unos dicen que el cuerpo nunca se vio, que en el sitio donde falleció no es ilegal fingir su muerte o que en su homenaje en Bellas Artes la urna con sus cenizas parecía estar vacía.

A todas cuentas, lo que sí es una verdad absoluta es que Juan Gabriel fue una estrella que con éxitos como Amor eterno, Hasta que te conocí, Querida, Yo no nací para amar, Así fue y El Noa-Noa, se ha perpetuado en el corazón y la memoria de sus seguidores alrededor del mundo.

Marilyn Mavarez / Con información de agencias

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