Portachuelo. Desarrollo Humano

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En una democracia, el plan del desarrollo debe concentrarse en los ciudadanos, a quienes se deben, y no al contrario. Insistimos, el trabajo ha de ser el motor del desarrollo nacional.

La violencia y la exclusión social son dos factores que conspiran contra el trabajo y desarrollo humano. El trabajo infantil, el trabajo forzoso y los riesgos del abuso, la inseguridad, la perdida de libertad, autonomía e independencia se potencian cuando no hay conciencia de desarrollo nacional.

Creando trabajo decente se promueve el crecimiento económico inclusivo, sostenido y sostenible, el empleo pleno y productivo para todos. El trabajo y el desarrollo humano van de las manos.

Con el desarrollo Humano se procura que la sociedad tenga una vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), educación y un nivel de vida digno (ingresos justos).

Para ello, se requiere de un Estado fuerte: en lo institucional,  en lo democrático para facilitar y garantizar a la población, sin exclusión alguna,  las libertades, el derecho a la vida, la seguridad natural y jurídica.

 “Sin educación, no podemos ver más allá de nosotros mismos ni de nuestro ambiente cerrado a la realidad de la interdependencia mundial. Sin la educación no podemos darnos cuenta de cómo la gente de otras razas y religiones comparte los mismos sueños, las mismas esperanzas. Sin educación, no podemos reconocer la universalidad de las metas y ambiciones humanas”. Decía Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz y Ex Secretario General de la O.N.U. Palabras ciertas, pues sin Educación la libertad, la democracia y el desarrollo humano se hacen precarias y vulnerables.

Desafortunadamente no se tiene información de resultados objetivos y confiables del régimen venezolano para evaluarlos desde estos derechos elementales de la vida humana.  Aunque testigos hay de sobra: los 30 millones de venezolanos, de los cuales unos 5 han tenido que emigrar forzosamente a otros países en búsqueda de estas mismas garantías.

Las extremistas e inhumanas medidas políticas, económicas y sociales que el régimen chavista-madurista ha venido aplicando; no cabe duda, son insostenibles, restrictivas, excluyentes, represivas, viciadas, corruptas, violadoras de derechos humanos. Medidas creadoras de más miseria, pobreza, crímenes, impunidad, y distorsión de la educación formal, valores y principios humanos y democráticos.

 

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Edición 1484.   

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