La Habana.- Las autoridades de Cuba, donde desde hace meses se sufre desabastecimiento de combustible, han pedido a la población que ahorre electricidad, pues el consumo se ha descontrolado por el enclaustramiento de las personas para controlar la propagación del coronavirus y una inoportuna ola de calor.

La Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (ONURE) inició la campaña «Ahorra ahora» ante un «incremento descomunal de la demanda y el consumo» que está superando los niveles de los calurosos meses del verano.

El país está sumido en su peor crisis de liquidez en dos décadas, agravada por el endurecimiento del embargo de Estados Unidos, la ineficiencia del tejido productivo estatal y la deteriorada situación en Venezuela, su principal aliado político y económico, además de proveedor de crudo a precios preferenciales.

Uno de los sectores más golpeados es precisamente el del combustible. Desde septiembre del 2019 el abastecimiento es inestable debido, según el Gobierno cubano, a las presiones de EE.UU. sobre las navieras y aseguradoras para bloquear la llegada de petróleo a la isla, cuya producción propia solo cubre el 40 % de la demanda.

Si ya existían problemas previos debido a la merma de los envíos venezolanos, esta «persecución» a los barcos petroleros puso a Cuba en una situación límite.

Aunque en el país caribeño todavía no se ha decretado el confinamiento obligatorio, los colegios, universidades y actividades no esenciales sí han cerrado sus puertas, por lo que hay muchas más personas en sus hogares, lo que implica un mayor uso de los electrodomésticos, desde las hornillas de cocina a televisores o computadoras.

Esta alta e inesperada demanda energética ha desatado la preocupación de las autoridades, pese a que las necesidades de otros sectores se han reducido por las medidas de prevención frente al coronavirus, que incluyen la paralización de todo el transporte público y el cierre de la mayoría de los hoteles e instalaciones turísticas y de ocio.

INOPORTUNA OLA DE CALOR

Los ventiladores y aires acondicionados también trabajan a todo gas estos días, ya que una ola de calor ha disparado los termómetros hasta temperaturas nunca vistas en la isla en el mes de abril: el pasado día 12 se registró un nuevo récord nacional de temperatura máxima de 39,7 grados Celsius.

Durante la primera quincena de abril, la demanda máxima promedio al mediodía (entre las once de la mañana y la una de la tarde) se elevó un 20,6%, 421 megawatts por encima de lo previsto, dijo a la estatal Agencia Cubana de Noticias Kenia García, funcionaria de la ONURE.

El sobreconsumo en este periodo representa 9.516 toneladas de combustible y el 68 % de la demanda se concentra en los hogares, según datos del Consejo Energético Nacional difundidos esta semana.

En el caso de la capital las cifras son aún mayores. El consumo del sector residencial se elevó del 55 al 80 %, manifestó por su parte al diario Tribuna el director general de la Empresa Eléctrica de La Habana, Mario Castillo.

Además, en La Habana se da la particularidad de que se produce un pico de demanda «insostenible» por las noches cuando en muchos hogares se cocina, hay más de un televisor encendido en cada vivienda y se conecta el aire acondicionado.

La campaña que se ha puesto en marcha exhorta a evitar en lo posible que el uso de aparatos eléctricos se concentre en los horarios pico -de once de la mañana a una de la tarde y de seis de la tarde a diez de la noche-.

También pide que se aproveche la luz natural, emplear el calor residual de la hornilla eléctrica al final del cocinado, encender solo las luces y los equipos necesarios, y activar el aire acondicionado preferiblemente después de las diez de la noche.

Otras medidas son no abrir el refrigerador con frecuencia o juntar la mayor cantidad de ropa para planchar.

«APAGONES» POR SATURACIÓN

Las autoridades advirtieron además de que este súbito aumento del consumo energético no solo es inviable económicamente, sino que pone en riesgo la infraestructura y se producen averías por sobrecarga y saturación de las estaciones eléctricas.

«Todo ese alto consumo circulando a través de las redes provoca averías perfectamente evitables si la población adopta conciencia de la efectividad de usar de manera racional la energía», insistió el director de la Empresa Eléctrica de La Habana.

De hecho, en esta semana varias pobladas zonas de la capital se quedaron sin energía unas horas como consecuencia de avería en una subestación en la que explotó un transformador, un «apagón» del que numerosos cubanos protestaron en las redes sociales ante el temor de que las autoridades comiencen a «racionar» el suministro.

El más mínimo corte de luz suele poner en alerta a los cubanos, que tienen aún fresco el trauma de los largos «apagones» del «Periodo Especial», la dramática crisis que vivió la isla en los años 90 tras la caída del bloque soviético.

Pese a que por ahora se ha pospuesto el pago de las facturas de electricidad en las oficinas comerciales, las compañías han sugerido a los clientes que utilicen las plataformas electrónicas para mantener los recibos al día y evitar sustos posteriores.

Lorena Cantó EFE

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