Quito, 16 jul (EFE).- El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró este martes que medio millón de venezolanos viven hoy en día en su país, lo que le supone para las arcas públicas un desembolso anual de unos 500 millones de dólares.

Así lo anunció el mandatario ecuatoriano durante la sesión inaugural de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tuvo lugar este día en la ciudad portuaria de Guayaquil, el principal polo económico del país andino, para luego matizar que, actualmente, entran a Ecuador 3.000 venezolanos al día.

«Acabo de recibir un informe que en Ecuador ya viven más de 500.000 venezolanos, eso tiene para nosotros un costo cercano a los 500 millones de dólares al año. Cada día entran a Ecuador 3.000 nuevos hermanos venezolanos, y la cifra llegó a ser de entre 5.000 y 6.000», afirmó durante su discurso.

Moreno reconoció que la situación de crisis que está viviendo el «hermano país» está por encima de «la capacidad de acogida» de Ecuador.

«No pierdo la esperanza de que sean los mismos hermanos venezolanos los que encuentren una solución democrática y justa para esta crisis humanitaria», alegó para luego manifestar que, en caso contrario, cualquier intervención que venga del exterior resultará «inútil».

Según los últimos datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 4 millones de venezolanos abandonaron su país desde 2015 y, de ellos, al menos 3,1 millones se quedaron en Latinoamérica.

En lo que a Ecuador respecta, registró 1,5 millones de llegadas en el mismo periodo, un millón de ellas desde enero del año pasado, y las últimas estimaciones apuntaban a que unos 300.000 venezolanos se habían quedado en su territorio, cifra que Moreno elevó este martes a medio millón.

En ese sentido, este martes la sesión inaugural del BID estuvo marcada por la reivindicación a la necesidad de asistencia para paliar el peso humanitario y económico de la migración venezolana en los países receptores.

Así lo destacaron los ponentes de una sesión en la que participaron, además del presidente de Ecuador, la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez; el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y el nuevo presidente de su junta de Gobernadores, Richard Martínez, ministro ecuatoriano de Finanzas.

En su discurso, el primer mandatario ecuatoriano calificó como «realmente apocalíptica» la migración venezolana hacia diversos países de la región «por el sufrimiento que vemos todos los días en las calles».

Y reiteró la denuncia de su Gobierno «al autoritarismo y todo tipo de exclusión», al tiempo que mostró su solidaridad «con ese pueblo hermano, especialmente con los más inocentes».

Recordó asimismo que, a pesar de la «compleja situación económica» por la que atraviesa su país, «miles de niños venezolanos hoy estudian en Ecuador, y vamos cifrando en más de un millón las asistencias médicas a hermanos venezolanos».

«Los atendemos en salud y les brindamos asistencia para que su estadía forzada sean algo más llevadera», concluyó.

EFE

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