El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso. EFE/José Jácome

El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, decretó este miércoles en medio del juicio político en su contra la denominada «muerte cruzada», que disuelve la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, y convoca elecciones generales anticipadas, de modo que gobernará mediante decretos hasta que asuma su sucesor.

En un mensaje a la nación, Lasso anunció esta medida contemplada en la Constitución ecuatoriana de 2008 con por «grave conmoción interna y política», después de haber comparecido el martes ante la Asamblea para realizar su alegato de defensa ante la acusación formulada por la oposición por un presunto delito de peculado (malversación).

El mandatario recurrió a la «muerte cruzada» antes de esperar al debate que debía llevarse a cabo en la Cámara para posteriormente votar la moción de censura, en la que se requieren 92 votos para destituir al jefe de Estado, equivalentes a dos tercios del hemiciclo

El Parlamento de Ecuador suspende la sesión del juicio político contra el presidente Lasso

La Asamblea Nacional (Parlamento) de Ecuador suspendió hasta este miércoles la sesión de su pleno que aborda el juicio político de censura contra el presidente del país, el conservador Guillermo Lasso, acusado de peculado (malversación) en empresas del Estado, que él niega.

El presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, tras casi once horas de sesión del pleno, la suspendió cerca avanzada la noche del martes para que sea retomada en la mañana de este miércoles.

La suspensión se aplicó tras haber escuchado a 39 legisladores inscritos para el debate de réplica al alegato en su defensa que presentó Lasso en la tarde.

Según fuentes parlamentarias, unos 70 legisladores, cada uno con diez minutos par intervenir, se han inscrito en total, por lo que se prevé que el debate aún demore y que posiblemente la votación final sobre la moción de censura al mandatario se efectúe el próximo sábado.

La Asamblea Nacional de Ecuador está compuesta por 137 parlamentarios y para la censura y destitución del presidente, según la norma Constitucional, se requiere de al menos 92 votos.

El juicio político arrancó este martes con un acalorado debate en el pleno del Legislativo que saltó también a las redes sociales, congestionadas de adeptos y críticos.

En su comparecencia, el presidente Lasso defendió su inocencia, enumeró varios logros de su Gobierno y recriminó a los opositores por organizar, según su criterio, un juicio político sin las pruebas ni testigos que avalen el presunto delito de malversación del que le acusan.

A Lasso le tomó presentar su defensa menos de 50 minutos, pese a que disponía de tres horas, y en su intervención calificó de «infundado» el proceso parlamentario planteado por una oposición que, según dijo, ha hecho gala de «una inventiva sin parangón» sobre una «situación ficticia que no resuelve los problemas del pueblo ni de nadie».

La oposición ha acusado a Lasso de haber conocido y permitido el delito de malversación en un contrato firmado por la empresa estatal Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y la firma privada Amazonas Tanker, lo que habría causado un perjuicio al Estado por unos 6 millones de dólares.

No obstante, el juicio político también ha permitido ventilar las quejas de los opositores que culpan a Lasso de la serie de problemas que agobian al país como la inseguridad, la violencia callejera, el desempleo, la carestía de la vida y el aumento de la emigración ilegal.

Esteban Torres, del Partido Social Cristiano (PSC), y Viviana Veloz, de Unión por la Esperanza (UNES) -afín al expresidente Rafael Correa (2007-17)-, ambos opositores e interpelantes, iniciaron la réplica al discurso de Lasso.

Veloz fue dura al calificar al mandatario de «mentiroso» y de haber evadido responder sobre unos informes en los cuales se advertían de las supuestas irregularidades y el perjuicio al Estado.

«Querían pruebas, ¡ahí están las pruebas!», enfatizó Veloz tras ratificar su pedido de censura contra Lasso.

De su lado, Esteban Torres coincidió en que las pruebas apuntan a Lasso y recordó que si el mandatario es destituido le sucederá, según norma constitucional, el vicepresidente del país, Alfredo Borrero.

El actual es un «Gobierno ineficiente y lento» que ha abandonado a «la patria» y a la población, afirmó Torres. 

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