Finalistas del Este el año pasado, los Heat (séptimos) sufrieron durante toda la noche ante unos inagotables Bulls (décimos) y evitaron la eliminación gracias a su sangre fría y precisión en el desenlace.
El partido llegó con 89-90 a los últimos tres minutos y ahí los de Florida sentenciaron con un inapelable parcial de 13-1 frente a unos Bulls que se vinieron abajo en el peor momento.
Miami se adjudicó así un combate tremendamente físico, de defensas extenuantes, márgenes estrechos y ataques asfixiados más propio de la NBA de los años 90 que de la actual era de ofensivas frenéticas, pirotecnia constante y primacía del triple.
Strus deslumbró con 31 puntos (23 de ellos en la primera mitad) y un fantástico 7 de 12 en triples, pero Butler, también con 31 puntos, fue imprescindible y vital para sostener a los Heat en sus peores tramos.
DeMar DeRozan (26 puntos) lo dio todo en unos Bulls que acariciaron la proeza y que echaron en falta al mejor Zach LaVine (15 puntos con 6 de 21 en tiros de campo y 0 de 6 en triples).
Con poco acierto en el exterior (ningún equipo superó el 33 % en triples), dos estadísticas resultaron reveladoras: los tiros libres (28 de 32 para Miami, 11 de 15 para Chicago) y el rebote (56 para los Heat con 17 de Bam Adebayo, 44 para los Bulls).
DEL RECITAL DE STRUS A LA SENTENCIA DE BUTLER
En ningún análisis previo al partido aparecían Strus y Alex Caruso como los pilares ofensivos de ambos equipos.
Sin embargo, Strus se lució con cuatro triples para Miami en un comienzo impresionante y Caruso también sorprendió metiendo los 8 primeros puntos de Chicago (12-10 con 6.35 en el reloj).
Butler fue la única estrella que hizo acto de presencia en el primer cuarto y oxigenó el ataque de los Heat, pero sobre todo llamó la atención la impotencia en ataque de los Bulls, muy desacertados en el periodo inicial y con solo 10 puntos entre DeRozan, LaVine y Nikola Vucevic.
Con 14 puntos de un brillante Strus, los Heat llegaron a tener un +14 pero los Bulls maquillaron al final un primer cuarto de muchas dudas (29-21).
Las defensas -correosas, pegajosas e intensas- continuaron imponiéndose a los ataques -espesos, erráticos y predecibles- en un segundo cuarto en el que, sin embargo, reaccionó Chicago.
DeRozan capitaneó el despertar de unos Bulls que llegaron a ponerse a solo un punto con un triple de Caruso (31-30 con 7.12 para el descanso).
Pero el gran protagonista de la primera mitad fue Strus, sensacional con 23 puntos y 6 de 8 en triples para unos Heat que llegaron al intermedio con una ventaja corta pero valiosa en un partido tan apretado (49-44).
Ningún conjunto pudo alardear de acierto ofensivo: Miami perdió 8 balones en los dos primeros cuartos y Chicago sufrió desde el perímetro con un 5 de 16 en triples.
Los Bulls regresaron del vestuario con las pilas cargadas, con Vucevic sacando petróleo en la zona y con un LaVine atacando por fin con fiereza el aro.
Un parcial de 2-12 permitió a los de Billy Donovan empatar el encuentro y ahí arrancó un toma y daca que duró todo el tercer cuarto y que concluyó con Chicago arriba y con mejores sensaciones tras un dos más uno de DeRozan (67-68).
Los Heat empezaban a fracturarse frente a un DeRozan imponente, un Coby White valiente desde el triple y un Andre Drummond que parecía tener un imán para agarrar los rebotes (75-81 con 8.27 para el final).
Sin embargo, frente a DeRozan apareció en el conjunto dirigido por Erik Spoelstra otro especialista en los momentos calientes de los partidos: un Butler que se echó a los Heat a la espalda para dejar el marcador en tablas con solo cinco minutos por disputarse (85-85).
Parecía que el encuentro se decidiría en los últimos segundos a cara o cruz pero los Bulls se quedaron sin gasolina en los últimos tres minutos y Butler y Strus cerraron con enorme solvencia el pase a los ‘playoff’ de los Heat.
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