Los Ángeles, Estados Unidos. Britney Spears seguirá bajo tutela legal hasta febrero de 2021, después de que un tribunal de California (EE.UU.) haya extendido la norma por la que su padre controla la vida pública y privada de la cantante desde hace más de una década.
Según los documentos de tal proceso, la corte ha solicitado a los abogados de Spears que registren antes del 18 de septiembre una petición para que el progenitor deje de ser la única figura autorizada para el control sobre las decisiones de su vida.
Exactamente, lo que pidió el equipo legal de la cantante es que dicha función de tutela continúe en manos de la abogada especializada Jodi Montgomery, que asumió el rol hace un año de forma temporal cuando el padre sufrió varios problemas de salud.
En la solicitud, los representantes de la artista aseguran que la tutela está en un punto «que debe cambiar sustancialmente» para «reflejar los principales cambios en su estilo de vida y sus nuevos deseos».
Además afirman que la petición de que Montgomery siga en esa función no supone que Spears renuncie «de ninguna manera a su derecho de solicitar la terminación de la misma».
La audiencia que estudiará este caso está programada para mediados de octubre, para la que el progenitor ya ha entregado una documentación que afirma que su hija, de 38 años, es «sustancialmente incapaz de administrar sus recursos financieros o de resistir ante el fraude o una indebida influencia».
A pesar de que el caso despierta gran atención mediática bajo el movimiento «#FreeBritney» (Libertad para Britney), bajo el que incluso varios manifestantes protestaron en los juzgados de Los Ángeles al calificar la medida de «secuestro», Spears nunca se ha referido explícitamente al mismo.
En una de sus últimas publicaciones de Instagram, la autora de «Toxic» escribió: «Quiero agradecer a todos mis queridos, dulces y verdaderos fans por ser tan malditamente maravillosos. Puedo sentir sus corazones y sé que pueden sentir el mío. Gracias por su apoyo».
Pero en el vídeo que acompaña el texto Spears dice cosas que no guardan relación como que su fiesta favorita es Halloween, su asignatura preferida es historia y que su libro de cabecera es «A Good Woman» de Danielle Steel, publicado en 2008.
Precisamente fue en 2008 cuando el padre asumió su tutela, después de que ella fuera ingresada en un psiquiátrico y perdiera la custodia de sus hijos.
Todo se remonta al infame año 2007 para la cantante de «Toxic», marcado por un comportamiento errático y problemas con las drogas, acrecentados por el acoso de paparazzi tras su divorcio de Kevin Federline y el lanzamiento del disco «Blackout».
EFE noticias
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