Ciudad Guayana.-El comienzo de la temporada de lluvias  mayo o “la entrada de aguas” como la llaman los campesinos marcaba el tiempo de mayor ajetreo para los productores agropecuarios, pues el momento en que ya se tiene preparada la tierra para arrancar el proceso de la siembra corta de verduras, hortalizas y pastos, que se basa en la lluvia para crecer y fructificar en un tiempo de unos 3 a 4 meses, pues en nuestro país son pocos los lugares que cuentan con sistemas de riego  que permitan sembrar extensivamente.

Conversando con el ingeniero agrónomo Aquilino Márquez, quien fuera alcalde de El Palmar, y siempre ha sido agroproductor, nos enteramos que desde hace unos dos meses que deberían estar todos preparando las tierras para estar listos para sembrar al inicio de las primeras lluvias.

Vale acotar que El Palmar cuenta con unos 1200 productores organizados que siembran tradicionalmente alrededor de unas 500 mil hectáreas de fértiles suelos de la zona, produciendo una gran variedad de rubros vegetales y pastos para la cría de ganado y producción de leche y queso.

Sin gasolina para el campo pero mucha para las minas

Cosa que ha sido imposible pues  los dos últimos meses todos han estado imposibilitados de actuar mucho producto de la cuarentena por el coronavirus, pero sobre todo por la falta de combustible para poder siquiera mover una máquina y comenzar a preparar la tierra, pues en Bolívar el suministro de gasolina y diésel para los agricultores y ganaderos ha sido  nulo.

Lo más terrible es que por ejemplo en el sector del Municipio Padre Chien, todos ven como las gandolas de combustible pasan continuamente hacia la zona minera, donde no hay nada parado por la cuarentena y donde si se consigue el carburante que busquen, eso sí a precios de dólar o de oro.

Y en la propia población de El Palmar vieron como la alcaldía con unos cuantos uniformados de los entes de seguridad hacían negocio con el combustible y se veían vehículos y camiones que no eran de la zona llenando los tanques, mientras los productores no podían llenar sus máquinas del campo ni sus carros.  Afortunadamente hace poco más de dos semanas, comenta Márquez, que llegó un nuevo teniente de la GNB que está ayudando a poner orden en la zona y fue quien logró traer una gandola con 23 mil litros de combustible para los productores.

Márquez expresó que al no sembrarse al inicio de las lluvias, ya prácticamente se pierde la posibilidad de contar con la  cosecha de la temporada, pues los lapsos de tiempo no dan para sembrar cuando le dé la gana al productor, sino que dependen del ciclo estacional, que en este caso requiere de apoyo mínimo por parte del gobierno para al menos suministrar combustible  cuando hace falta.  

A esto el dirigente campesino agrega el tema de la intervención del Gobierno nacional de las productoras de salchichas, de alimentos Polar y otras empresas del ramo alimentario, lo que genera temor e inseguridad  en los productores, que saben que viven bajo un régimen socialista donde simplemente si el Ejecutivo lo quiere puede intervenir lo que sea y llevarlos a la quiebra.

Ya de entrada los productores están comprando las semillas, los fertilizantes, los herbicidas, todos importados al precio del dólar paralelo, lo que significa que si les imponen regulaciones de precios -como ya ha hecho el Gobierno de forma inconsulta-; simplemente corren el riesgo de ir a la quiebra.

Comenta Aquilino Márquez, que los agroproductores que han demostrado ser sobrevivientes, algo  sembrarán lo que puedan con sus escasos dólares y lo que alcance con el combustible que consigan, que finalmente desde la semana pasada comenzó a llegar, pues les vendieron 15 litros por vehículo, y ahora están esperando una supuesta gandola de gasoil para ver como arrancan aunque sea una menguada siembra, para que la situación no sea tan crítica  al menos para ellos.

“En tres o cuatro meses tendremos crisis de alimentos en Bolívar”

El exalcalde de El Palmar, señaló que lamentaba informar la mala noticia de que en unos tres o cuatro meses, estima que aproximadamente para septiembre, habrá una marcada escasez de alimentos en nuestra entidad, pues simplemente aunque logren sembrar algo, lo que se produzca será insuficiente para atender las necesidades del Estado.

Comentó que en Venezuela la alimentación de la población depende en su mayoría de los alimentos procesos que se importan en su casi totalidad, cubriendo el resto la producción de yuca, hortalizas, verduras y vegetales que se producen en la nación, así como el queso y la carne que sale  de nuestros campos, y que ahora por la falta de combustible simplemente arrojará niveles ínfimos de producción que simplemente se traducen en hambre para el estado Bolívar.

Sobre la situación de los productores dijo que estaban haciendo de tripas corazón y subsistiendo con sus campos, donde siempre han sembrado conucos que dan para los alimentos básicos de sus familias y poblaciones cercanas, además usaban como una suerte de caja chica de emergencia la técnica del llamado “becerro o vaca de descarte” uno que crían para matarlo y  venderlo cuando estén apretados, y conseguir recursos para seguir sosteniéndose.  Además casi todos los que tienen quesera tienen cochinos y esa es otra fuente de carne para ellos, al menos en el Palmar, que no es la misma situación de otros sectores  del país.

Dijo que por la crisis de combustible los productores no  están sacando sus vegetales, su queso, leche y carne a los mercados importantes como Upata, Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar, sino que imposibilitados de moverse deben venderle a unos terceros que tienen combustible para llegar allí, que pagan sus productos hasta en efectivo y dólares y les los llevan a las minas y las ciudades fijando los precios que a ellos les dá la gana, lo que perjudica al  comprador final.

Esto lleva a Aquilino Márquez a tomar  conciencia de la difícil situación que viven las personas en las ciudades, que carecen de tierras donde sembrar, donde criar sus animales de granja y así auxiliarse a la hora de comer, dependiendo apenas de un salario que simplemente no sirve para nada.   Situación además agravada por la pandemia que mantiene a la gente encerrada y sin capacidad de producir.

Vale señalar aquí que la última encuesta Covid, del 11 de mayo, se demostró que apenas un 2% de la población del país tiene ahorros para resistir un tercer mes de cuarentena, lo que aunado al alerta que lanza Márquez nos  evidencia la existencia de una crisis alimentaria en puertas de grandes magnitudes, como ya en un trabajo anterior señaló el sociólogo Edison Arciniega de Ciudadanía en Acción, en la primera entrega de esta serie de reportajes de investigación.

El problema social latente y el peligro del hambre

Finalmente Aquilino Márquez comentó que la crisis en los campos ha mostrado otra arista, que es el abigeato y asalto a las fincas productivas y comercios de la zona, donde la gente, pasando trabajos con frecuencia, termina por llevarse la primera res, cochino u oveja que ve en las fincas cercanas para autosostenerse.  

Pero este es el problema menor, pues el mayor es la acción de grupos hamponiles que asaltan las fincas, se llevan el ganado y hasta lo marcan en el propio fundo asaltado para llevárselo con todo lo que desean de los hogares de los campesinos.   Llegando en algunas ocasiones a casos tan extremos como el del productor Rogerman Soto y su familia, que fueron maniatados por los delincuentes, que se dedicaron a desvalijar la finca, robarse el ganado y hasta se pusieron a freir un cochino con la familia amarrada.

Cosa que -según Aquilino Márquez-, ocurre principalmente porque hay una suerte de connivencia de algunas autoridades municipales y policiales con estos grupos que se identifican con colectivos y grupos políticos favorables al gobierno nacional, lo que es brinda una suerte de impunidad que debería acabarse para poder enfrentar con éxito esta modalidad delictiva que es una cruz adicional, para los ya muy golpeados productores de Padre Chien.   Por ello reafirma que de no aplicarse correctivos inmediatos, para septiembre no contaremos con agroalimentos para la mesa del bolivarense y sin duda para todos los venezolanos.   Por lo que clama por un acuerdo inmediato que permita la llegada de un gobierno de unidad nacional, que posibilite gerenciar el país como no se está haciendo.

 

Gustavo Montaña

 

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