Qatar, sede del decimoséptimo Gran Premio del año y uno de los cuatro países de Oriente Medio que albergan carreras del Mundial de Fórmula Uno -junto a Baréin, Arabia Saudí y Abu Dabi-, afronta este fin de semana su segunda edición en la categoría reina. Que la convertirá de nuevo en el centro de la atención informativa internacional, ante la inminente tercera coronación del neerlandés Max Verstappen (Red Bull); que muy probablemente se produzca este mismo sábado, sin esperar siquiera al domingo.
Si hace dos años, cuando albergó por primera vez un Gran Premio del Mundial de F1, en el circuito de Lusail se completó un podio de lujo, con los únicos tres campeones del mundo actualmente en pista -el inglés Lewis Hamilton (siete títulos) ganó por delante de Verstappen y del doble campeón mundial español Fernando Alonso-; en esta ocasión, salvo auténtica desgracia para el interesado, ‘Mad Max’ se coronará por tercera vez seguida, recién cumplidos -el pasado sábado- los 26 años.
Verstappen -trece veces victorioso en las primeras 16 carreras del año- dispondrá de dos ocasiones en Qatar, ya que le faltan tan sólo tres puntos para certificar matemáticamente su tercer título. Y, en el cuarto de los seis Grandes Premios del año con formato sprint, podría convertirse de nuevo en campeón del mundo sin esperar a la carrera del domingo: le bastaría con acabar sexto la prueba corta del sábado; e incluso no concluir entre los ocho que puntúan en la prueba reducida, siempre y cuando su compañero, el mexicano Sergio Pérez -al que mejora en 177 puntos (400 frente a 223)-, no finalice entre los primeros tres.
Qatar, que no integró el calendario del curso pasado -centrándose por completo en la organización del Mundial de fútbol- organizará este Gran Premio y, en principio, seguirá haciéndolo durante los próximos nueve años, en los que seguirá siendo sede de una de las paradas del prinicipal campeonato automovilístico del orbe.
En 2021 se convirtió en el tercer país de Oriente Medio en albergar una carrera de F1, apenas dos semanas antes de que Arabia Saudí se convirtiese en el cuarto. Hamilton animó, ganando esas dos carreras, el Mundial más emocionante de la historia, que se resolvió -no exento de polémica- en la última vuelta de la última carrera: en Abu Dabi y a favor de Verstappen. Que destronó ese día al espectacular y excéntrico campeón de Stevenage.
Baréin -donde el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso, nuevo buque insignia de Aston Martin, ganó tres veces; y el mexicano ‘Checo’ Pérez, una- fue el primer país de la Península Arábiga en albergar un Gran Premio de la categoría reina. En el circuito de Sakhir y en 2004: el mismo año en el que Qatar comenzó a ser sede de una de las pruebas del Mundial de motociclismo, cuyo calendario ya integra de manera habitual.
Fue, exactamente, el 4 del 4 del 4: Sakhir albergó el primer Gran Premio de Baréin el 4 de abril de 2004, con victoria del alemán Michael Schumacher, cuyos siete títulos mundiales igualó Hamilton (Mercedes) hace tres temporadas.
Los dos años siguientes -los de sus dos títulos- fue Alonso el que triunfó en la pista de las afueras de Manama; y el genio astur -cuarto en este Mundial, a 16 puntos de Sir Lewis (190-174)- se anotó una tercera victoria en 2010, con Ferrari.
Baréin se convirtió en sede habitual y en 2020, en el Mundial de la pandemia dura, ‘dobló’ en el calendario, con una segunda carrera que se denominó Gran Premio de Sakhir y que ganó ‘Checo’, que el 6 de diciembre de ese año firmó la primera de sus seis victorias en la F1, con Racing Point.
Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, fue la segunda sede de Oriente Medio en entrar en el calendario. En 2009. Con victoria del cuádruple campeón del mundo alemán Sebastian Vettel, que un año después festejaría en el circuito de Yas Marina el primero de sus cuatro títulos con Red Bull, en una de las noches más tristes de Alonso, al que ese día se le escapó el que hubiese sido su tercer Mundial, en su primera temporada con Ferrari.
En Abu Dabi, Verstappen resolvió a su favor, en el último suspiro, el Mundial de 2021; apenas una semana después de que Hamilton lo relegase al segundo puesto en el estreno del circuito urbano de Yeda, en Arabia Saudí. En el que ‘Mad Max’ ganó el año pasado una carrera que acabó tercero el otro español, Carlos Sainz (Ferrari) -quinto en la general, a 24 puntos de Alonso-; y donde este curso se impuso ‘Checo’.
El bravo piloto tapatío se anotó, el pasado mes de marzo, su primera victoria de la temporada -y la quinta de las seis que lleva en la F1- en el citado circuito urbano saudí. En una carrera en la que Alonso, gran animador de este Mundial, subió al segundo de los siete podios que lleva este curso, confirmando que vive una segunda juventud, con 42 años.
El podio anterior a estos siete lo había logrado el genial piloto asturiano hace dos años en Qatar, que ha llegado con la intención de quedarse; y que, de momento, atrae la atención internacional albergando la segunda edición de su Gran Premio de F1.
Una edición que, salvo sorpresa mayúscula, supondrá la tercera coronación del astro neerlandés, cuyo techo se desconoce, y la primera de las próximas diez que acogerá el circuito de Lusail -con una pista de 5.419 metros y 16 curvas (seis de ellas a la izquierda)-, situado a algo menos de 30 kilómetros al norte de la capital qatarí, Doha; y a trece del estadio de idéntico nombre que albergó, hace un año, la final del Mundial de fútbol. En la que la Argentina de Lionel Messi se impuso -tras la tanda de penaltis- a la Francia de Kylian Mbappé.
Antes del Mundial de fútbol del año pasado, Qatar ya había organizado con éxito, entre otros eventos internacionales, el de balonmano, en 2015; y el de atletismo, cuatro años después.
El próximo mes de febrero albergará el Mundial de natación; y en 2027 acogerá el de baloncesto. Este fin de semana y, al menos, durante las próximas nueve temporadas, Qatar será el centro de la atención internacional gracias a las carreras de F1 que albergará Lusail.
En esta ocasión, dos pruebas -el sprint, sobre el tercio de la distancia de la prueba dominical (prevista a 57 vueltas, para completar un recorrido de 308,6 kilómetros)- que se decidirán por la noche y con luz artificial.
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