La séptima etapa, en la que el ganador fue el italiano Davide Bais, finalizó con la subida del Gran Sasso, un macizo de la cordillera de los Apeninos en los montes Abruzos. Desde ahí, fueron varios los ciclistas que decidieron marcharse en helicóptero a sus respectivos hoteles, algo que a la UCI no le gustó y que no ha pasado por alto.
«Esto constituye una ventaja que va en contra de los principios del juego limpio y de las disposiciones reglamentarias para garantizar la igualdad de trato en el traslado de los equipos a sus hoteles», explicó en un comunicado.
«Además, el uso de un helicóptero de transporte por parte de algunos ciclistas para este propósito va en contra del principio de reducción de la huella de carbono, tal como se establece en las especificaciones del organizador UCI WorldTour», añadió.
«La UCI tomará las medidas y sanciones necesarias para garantizar que tal práctica no se produzca en el futuro y condena firmemente este comportamiento que va en contra de los principios de juego limpio y equidad, valores fundamentales del deporte», sentenció.
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