El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), líder destacado del Mundial de F1, y su compañero, el mexicano Sergio Pérez, en el podio del pasado Gran Premio de Austria, en el Red Bull Ring de Spielberg. EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA.
 
El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) llega líder destacado al Gran Premio de Gran Bretaña, el décimo del Mundial de Fórmula Uno, que se disputa este fin de semana en el circuito inglés de Silverstone. Sede, en 1950, de la primera carrera de toda la historia de la categoría reina.

El 13 de mayo de ese año, el circuito de Northampshire albergó la primera carrera de la F1, ganada por el italiano Giuseppe ‘Nino’ Farina, futuro primer campeón del mundo. Y un año después de que el argentino José Froilán González se anotase el segundo GP británico, en julio de 1952 (con victoria de otro italiano, Alberto Ascari; que ganaría ese Mundial y el siguiente), se disputó el primero de los más de 70 que coincidieron con el reinado de Isabel II; fallecida en septiembre del año pasado.

Tanto el Reino Unido como la Fórmula Uno tienen, ahora, nuevo rey. Carlos III heredó el trono de su madre y fue coronado el pasado mes de mayo; Verstappen -destronando a un británico, el inglés Lewis Hamilton- año y medio antes: en diciembre de 2021. Con la salvedad de que este último amenaza con instaurar una nueva monarquía absoluta en la división de honor del automovilismo.

Tras exhibirse el pasado domingo en Austria, donde un día antes también había ganado el segundo de los seis sprints que se disputarán este año, el nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos, de 25 años, firmó su séptima victoria del curso. La cuadragésima segunda -y quinta marca de todos los tiempos- en la F1. Dejando claro que sólo una auténtica desgracia lo apartará de lograr un tercer título seguido.

Durante el muy largo reinado de Isabel II se forjó el mito de grandes pilotos británicos, entre ellos los escoceses Jim Clark y Jackie Stewart; y los ingleses Graham Hill, James Hunt o Nigel Mansell. Pero por encima de todos, Hamilton: que en 2020 igualó los siete títulos del alemán Michael Schumacher; y que después de ese logro -cuando ya era Miembro del Imperio Británico- fue nombrado Sir por la difunta monarca.

Nadie iguala los ocho triunfos en el Gran Premio de Gran Bretaña -siempre en el Mundial y disputado también en otras dos sedes (en Brands Hatch y en Aintree)-. de Hamilton, plusmarquista histórico de victorias en la F1, con 103. El fallecido Jim Clark y el cuádruple campeón mundial francés Alain Prost, con cinco victorias, son los que más se acercan. Mansell festejó cuatro veces ante su afición.

En su ya muy brillante palmarés, aún le falta un triunfo en Silverstone al precoz Verstappen, líder del Mundial con 229 puntos: 81 más que su compañero, el mexicano Sergio Pérez. Junto al que también comanda de forma clara el campeonato de constructores y que en el Red Bull Ring, el circuito de su escudería, puso fin a una mala racha: al protagonizar la remontada del día, acabando tercero después de arrancar decimoquinto.

Considerando que -tal y como todos coinciden en señalar- Verstappen y el RB19 diseñado por (otro británico, el genial) Adrian Newey juegan en una liga aparte, el primero de los terrestres es el español Fernando Alonso (Aston Martin). En una segunda juventud a unas semanas de cumplir 42 años, el crack del Principado -que reinó en 2005 y 2006- se ha convertido en la gran sensación de la temporada, con seis podios en lo que va de campaña; con los que ha elevado a 104 su relación de ‘cajones’ en la F1.

Alonso, que en su día batió todos los récords de juventud y ahora mejora todas las plusmarcas de longevidad, festejó dos de sus 32 victorias en la categoría reina (en 2006 y 2011) en Silverstone. Un circuito construido sobre la zona que albergó uno de los aeródromos que durante la II Guerra Mundial sirvió de base a la RAF, las fuerzAs aéreas británicas. Con una pista de 5.891 metros y 18 curvas -ocho a la izquierda-, a la que el domingo está previsto dar 52 vueltas; para completar un recorrido de 306,1 kilómetros.

Un circuito que se encuentra, en palabras del doble campeón mundial asturiano «cruzando la calle» desde donde tiene su sede Aston Martin, sin duda la gran revelación de la temporada. Un equipo que pasó de tener el séptimo coche en parrilla a discutirle el segundo puesto en el Mundial de constructores a la otrora aplastante Mercedes. De la que está a sólo tres puntos (175 frente a 178); aunque muy lejos de Red Bull (377); escudería que no pocos empiezan a pensar que podría anotarse, incluso, todas las carreras del año.

En la ‘catedral’ del automovilismo, donde este viernes arrancan los entrenamientos libres, se rodará con neumáticos de la gama de compuestos más dura: los C1 (duros, reconocibles por la raya blanca), C2 (medios, raya amarilla) y C3 (blandos, roja). Eso, si no llueve. Porque, según recordó ‘Mad Max’, «nunca sabes qué tiempo va a hacer en el Reino Unido; y eso también puede enrevesar aún más las cosas». En un circuito ‘de piloto’, rápido y complicado.

Volviendo al formato habitual, los ensayos se completarán el sábado; horas antes de la calificación que ordenará la formación de salida de la carrera dominical.

En Silverstone festejó, hace justo un año, su primera y hasta ahora única victoria en la F1 el otro español, el madrileño Carlos Sainz (Ferrari) -quinto en el Mundial, con 82 puntos-. A quien con su estrategia en Austria, su escudería, lejos aún de donde desearía estar -y que se conformó con el segundo puesto del monegasco Charles Leclerc-, le complicó el que pudo haber sido su primer podio del año.

Eso, en una carrera con un elevadísimo número de sanciones, por saltarse los límites de la pista; y cuya clasificación definitiva, bastante alterada, no se conoció -tras reclamación de Aston Martin- hasta cuatro horas más tarde, después de que fuesen sancionados hasta ocho pilotos más. Entre ellos, Sainz, que bajó del cuarto al sexto puesto, mientras que Alonso ascendió una plaza, para acabar quinto.

Sainz lo intentará de nuevo en Silverstone, donde buscará su decimosexto podio en la F1. En un circuito en el que, por primera vez en más de siete décadas, en lugar del ‘God Save the Queen’ sonará el ‘God Save the King’. Y en el que, atendiendo al historial de la prueba, el rey también se llama Carlos.

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