“En aquel tiempo, dijo Jesús, a sus discípulos: Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, el Espíritu de Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque está con ustedes y permanecerá en ustedes. No los dejaré huérfanos, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo y ustedes también vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre y ustedes están en mí y yo en ustedes. El que guarda mis mandamientos después de recibirlos, ése es el que me ama. El que me ama a mí será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.»
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia Universal celebra hoy el Sexto Domingo de Pascua, en este caminar de la Vía Lucis, en la espera de nuestro anhelado Pentecostés. Hoy también celebramos la fiesta en honor a San Matías Apóstol. Uno de los doce que se unió al grupo después de la resurrección de JESÚS, para ocupar el puesto de Judas. Y en nuestra sociedad venezolana celebramos el día de las Madres. Felicitaciones a todas las madres, jóvenes y no tan jóvenes, y felicitaciones a todos los hijos, porque a través del Amor de la madre podemos ver el Rostro cercano de DIOS.
En la liturgia del día meditamos los textos: Hch 8,5-8.14-17; Sal 65; 1Pe 3,15-18 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Juan capítulo 14, del verso 15 al verso 21, en el que JESÚS, les dice a Sus discípulos que, la obligación de los mandamientos como tal no tiene ningún sentido si no se entiende en el contexto de una relación personal con Él. No se trata pues de cumplir los mandamientos de una forma automática o ciega con el objetivo de conseguir la Salvación. Ya que, primero hay que encontrarse con JESÚS, descubrir quién Es y que significa en nuestra vida, y de esa relación personal surge el AMOR y el SEGUIMIENTO.
Así se entiende que el AMOR, es la Esencia del Evangelio, es lo que da Fuerza a la vida de todos los que nos proclamamos seguidores de JESÚS, Pero mantenerse firme, en el AMOR no es fácil, por eso es que el Maestro teme por el futuro de Sus discípulos. Sabe que las fuerzas del mal son poderosas y no escatiman esfuerzos para eliminar a las fuerzas del bien. Por eso es que en un gesto de AMOR profundo JESÚS le pide al PADRE, que derrame Su Espíritu sobre Sus discípulos de ayer y de hoy, con el fin de no dejarnos huérfanos y de esta manera permanezca siempre en nosotros, acompañándonos en nuestra Misión.
Al confrontarnos con el texto descubro algo maravilloso y existencial para mi vida de discípulo, y es el saber que, ser cristiano es hacer de JESÚS el centro de mi vida y amarle y amar a mis hermanos con la Fuerza de Su Espíritu, y el Testimonio de Su Vida. Lo que me da la Gracia de formar parte de una familia que se extiende más allá de la sangre y de la cultura. Me aclara también que ser cristiano, y formar parte de la Iglesia, no es cumplir una serie de normas y mandamientos de forma automática y porque sí.
Ya que, los mandamientos son pura consecuencia de esa vida de seguimiento, que tiene al AMOR como fundamento. Porque más que una obligación es un Gozo y una Bendición: el de reunirme con mis hermanos y juntos dar gracias a DIOS por todo lo que nos regala, y con esa fuerza espiritual salir a hacer realidad ese Mandamiento de AMOR con todos nuestros semejantes, demostrando así el AMOR que le tenemos a JESÚS.
Desgraciadamente, habremos muchos que seguimos viendo la Fe cristiana como una colección de normas, de mandamientos, y de obligaciones que hay que cumplir escrupulosamente, para obtener la salvación. Y quizá sea esa la razón por la que muchos cristianos terminan yendo a misa con el tiempo justo, sin participar demasiado, viendo el reloj a cada momento y, como ya están cerca de la puerta, se van en cuanto el sacerdote da la bendición o incluso antes. Ojalá que pudiéramos entender la Plenitud del Mandamiento del AMOR para Vivir a Plenitud la Fraternidad y el Encuentro Comunitario.
Señor JESÚS, si el AMOR es la clave para demostrar la esencia de un verdadero seguidor Tuyo, danos la fuerza de Tu Espíritu, para impregnar al mundo de la Justicia, y la Fraternidad, que son los fundamentos de una auténtica convivencia ciudadana.
Amén
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