Australia.- Ciudadanos de la región autónoma de Bougainville, en Papúa Nueva Guinea, reclaman a la gigante minera Rio Tinto que ataje el desastre ambiental dejado por su antigua mina Panguna, que tres décadas después de su cierre sigue contaminando ríos y afectando a la salud de los lugareños.
La demanda presentada por el Centro Legal de Derechos Humanos, en nombre de estos pobladores, busca que Rio Tinto limpie los miles de millones de toneladas de residuos contaminantes dejados por la mina de cobre y oro Panguna, que fue una de las más grandes del mundo, y mitigue los riesgos a la salud de los lugareños.
Panguna dejó de operar en 1989, un año después del levantamiento armado de los habitantes indígenas por discrepancias con la distribución de beneficios y por su impacto medioambiental que fue el detonante para el inicio de la guerra civil, y en 2016 la multinacional transfirió todas sus acciones al gobierno papuano y al de Bougainville.
Un portavoz de Rio Tinto indicó en un comunicado que si bien la queja presentada ante el Punto de Contacto Nacional Australiano no tiene alcance legal, la empresa está dispuesta a «entablar conversaciones con las comunidades que la presentaron y otras partes relevantes».
Contaminación de los rios
Los lugareños detrás de la queja ante el organismo gubernamental, que tiene la potestad de investigar a las empresas australianas que operan en el exterior, consideran que los residuos de la mina han contaminado sus fuentes de agua, terrenos de cultivos, y lugares sagrados.
«Nuestros ríos están contaminados con cobre, nuestras casas están llenas de polvo de los montones de residuos y nuestros niños se enferman por la contaminación», dijo Theonila Roka Matbob, una de las dueñas tradicionales de esta zona de al menos 12.000 habitantes, en un comunicado del Centro Legal de Derechos Humanos.
Theonila, representante del Parlamento de Bougainville, comentó que cada vez que llueve cae una mayor cantidad de residuos en los ríos, lo que obliga a los lugareños a caminar por dos horas para poder conseguir agua potable.
Lección por aprender
Esta queja se da después de que Rio Tinto anunciara el mes pasado la dimisión de su consejero delegado, Jean-Sébastien Jacques, y otros dos altos ejecutivos, por el escándalo de la voladura en mayo de dos cuevas aborígenes de 46.000 años de antigüedad para expandir las operaciones de extracción de hierro.
«Si Rio Tinto es serio respecto a aprender las lecciones, necesita escuchar a las comunidades y asumir responsabilidad por el impacto humano de sus actividades», dijo en un comunicado Keren Adams, directora legal del Centro Legal de Derechos Humanos.
Pero Rio Tinto, que admitió conocer el «impacto adverso» de la mina Panguna en la zona, considera que la transferencia de las acciones en 2016 «proporciona la plataforma» para que el gobierno autónomo de Bougainville y de Papúa Nueva Guinea trabajen en torno a las futuras acciones.
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