Recife, Brasil. En Recife, una de las principales capitales de Brasil, dos primos, uno candidato del centro-izquierda y otra apoyada por el PT de Lula da Silva, libran un mediático duelo en la primera vuelta de las elecciones municipales de este domingo, reflejo de la desunión del campo progresista en el país.

Un bisnieto y una nieta del histórico líder de izquierda brasileño Miguel Arraes (1916-2005) encabezan el favoritismo para la alcaldía de Recife, una de las capitales de la región Noreste y en la que en los últimos años los partidos progresistas estaban unidos.

Se llaman Joao Campos, el jovencísimo candidato de 26 años del Partido Socialista Brasileño (PSB), y su prima Marilia Arraes, representante del Partido de los Trabajadores (PT) y que cuenta con la «bendición» política del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Los primos ya son diputados federales, posición en el Legislativo a la que llegaron en los comicios generales de 2018 en representación del estado de Pernambuco, cuya capital es Recife.

Ambos son reflejo de la fragmentación de los progresistas en Brasil, donde figuran la nueva izquierda del PSOL, el PSB (centro-izquierda), el PT de Lula, el partido comunista de Brasil (PCdoB) o el PDT del excandidato presidencial centro-izquierdista Ciro Gomes, entre otros.

Así, aspirantes de los partidos del arco progresista competirán entre sí en muchas de las grandes capitales de Brasil, como sucederá este domingo en Recife, dejando de lado un frente común ante nombres apoyados por el presidente Jair Bolsonaro, como se había puesto encima de la mesa hace unos meses.

LEGADO DE MIGUEL ARRAES

Campos, con 26 años, y Marilia, de 35, abanderan el legado del patriarca Miguel Arraes, quien fue varias veces alcalde de Recife, gobernador de Pernambuco y diputado federal, cargo que ocupaba en 2005 cuando murió a los 89 años.

Arraes era el gobernador de Pernambuco en 1964, cuando se presentó el golpe militar que derivó una dictadura que gobernó al país hasta 1985, pero se negó a entregar el poder regional y fue encarcelado, permaneciendo preso durante once meses en el archipiélago de Fernando de Noronha y después se exilió en Argelia.

En 1979, con la amnistía a los exiliados, el exgobernador retornó a Brasil y volvió a actuar en la política, para convertirse en 1990 en uno de los líderes del PSB, formación en la que le abrió camino a una de sus hijas, Ana Arraes, actual magistrada del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), colegiado que es la Contraloría del país.

Con su muerte en 2005 y la presencia de Ana en el poder Judicial, el legado político de Arraes fue entonces tomado por su nieto Eduardo Campos, que fue senador, ministro de Ciencia y Tecnología de Lula y como su abuelo también ejerció como gobernador de Pernambuco.

En 2014, Eduardo Campos, hijo de Ana Arraes, fue el primer líder en las encuestas de opinión de cara a las presidenciales de ese año, superando en las intenciones de voto a Dilma Rousseff, que buscaba su reelección, y a Aecio Neves, el representante del centro-derecha.

Pero el candidato perdió la vida a los 49 años en un accidente aéreo que conmocionó a Brasil en agosto de 2014 en el puerto paulista de Santos, en plena campaña política.

Por su muerte, la exministra de Medio Ambiente, Marina Silva, pasó a encabezar la fórmula presidencial y se convirtió así en la tercera fuerza electoral del país con más del 20 % de votos.

DISPUTA DE PRIMOS DIVIDE IZQUIERDA

Después de la muerte de Eduardo Campos, el legado político en Pernambuco de Miguel Arraes parecía que recaería en Marilia, pero la matriarca Ana Arraes indicó a su nieto Joao Campos, primogénito de su fallecido hijo y entonces con 20 años.

Además del inicio de la disputa entre los primos, la alianza de los últimos años entre el PT y el PSB, que gobierna el estado y la capital regional, se rompió ese mismo año cuando la formación socialista expresó su apoyo a Neves en la segunda vuelta electoral presidencial y luego, en 2016, apoyó la destitución de Rousseff.

Esa situación, hizo que Marilia abandonase el PSB y se uniese al PT, por el que pretendía disputar la Gobernación de Pernambuco en las elecciones de ese año, pero la formación de Lula desistió de tener un candidato propio y volvió a aproximarse a los socialistas moderados para apoyar la reelección del gobernador Paulo Cámara.

«La base electoral de la capital pernambucana es hoy de izquierda y centro-izquierda y por eso, aún con la izquierda dividida entre PT y PSB, la posibilidad de ir Joao y Marilia a la segunda vuelta es grande, porque la derecha también está dividida», señaló a EFE el politólogo Alex Ribeiro, de la Universidad Federal de Bahía (Ufba).

Para Ribeiro, también historiador y periodista, existe un rechazo de gran parte de la población a la jefa policial Patricia Domingos, apoyada por Bolsonaro y que comandó una comisaría especializada anticorrupción en Pernambuco.

A Domingos la critican por el hecho de ser de no ser una candidata oriunda -es de Río de Janeiro- y por publicaciones tildadas de mal gusto en sus redes sociales.

CABEZA A CABEZA POR EL SEGUNDO LUGAR

Con discretas oscilaciones, las encuestas de intención de voto de Datafolha e Ibope, dos de los principales centros demoscópicos del país, apuntan un liderazgo continuo de Joao Campos en todos los sondeos y una cerrada disputa en la segunda posición entre Marilia, Domingos y el exministro de Educación Mendonça Filho, de derecha.

No obstante, a pesar del empate técnico entre Marilia y los dos aspirantes de derecha, la candidata del PT aparece ligeramente al frente en los sondeos.

En la más reciente encuesta de Datafolha, Campos bajó del 31 % al 29 %, Marilia subió del 21 % al 22 %, Mendonça Filho -que también fue gobernador- fue del 16 % al 18 % y Domingos pasó del 15 % al 16 % de las intenciones de voto.

EFE noticias

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