La zona comercial de San Félix abarrotada de consumidores; también de espectadores, ni hablar de las tiendas de ropa y calzados, son las más visitadas por los mortales en esta temporada decembrina
A ocho días para culminar el año 2023, los guayaneses hacen lo posible por vestir a sus hijos, “la situación no está fácil para los que vivimos de los bonos del Gobierno y peor para aquellos que no tienen empleos, o que se mantienen de un salario mínimo”, fue la expresión de Carlos Guevara quien andaba acompañado de cuatro menores, entre cinco y diez años.
Expresó que había visitado varias tiendas de ropa y calzados, “no me queda de otra que regatear pero con lo poco que tengo en la cartera no me alcanza para vestir a los cuatro muchachos”.
La carrera Páez, Cedeño y calles laterales de San Félix saturadas de personas que se movilizaban de un lado a otro buscando que comprar; otros regresaban a sus casas con las manos vacías.
Ropa y calzados
Las tiendas de electrodomésticos, teléfonos, enseres, cosméticos y otros artículos padecieron por falta de clientes, “nos equivocamos, cuando muchos creíamos que este año tendría un final feliz. Una minoría, o personas privilegiadas tendrán la dicha de comerse una hallaca, pernil, pan de jamón, Niño Jesús y otras actividades decembrinas, otros se deprimirán por no vestir ni siquiera a sus hijos”, apuntó Carmen Valencia.
A pesar de las ofertas en las cientos de tiendas que se hallan instaladas en San Félix, eran muy pocos los que podían comprar una prenda de vestir.
La competencia es abrumadora, desde una franela en 1 dólar, hasta un jean en 10 y 20 dólares.
También, vendedores de comida rápida se vieron atribulados, José Díaz, quien tiene un puesto de empanadas y tequeños, dijo que días pasados las ventas fueron fructíferas, “invertí en mercancía creyendo que podía tener más clientes que días pasados; sin embargo, la afluencia ha sido poca”.
Deficiencia de transporte público
Las pocas unidades del transporte público no se dieron abasto para el número de usuarios que se hallaban en el terminal improvisado, ubicado a un lado de la Casa de la Mujer.
Un remolino de personas se hacía en las puertas de los autobuses cuando llegaban a la parada, todos querían entrar al mismo tiempo para abordar la unidad.
La presencia policial no faltó, oficiales de los distintos cuerpos de seguridad se desplegaron en las calles de San Félix.
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