Una terapia génica probada en ratones estimula la regeneración de neuronas en lesiones de la médula espinal y guía a los nervios para que vuelvan a conectarse con las regiones correctas, recuperando así la movilidad.
El estudio, encabezado por el Instituto Federal Suizo de Tecnología, ha demostrado que el recrecimiento de neuronas específicas en las regiones que son sus dianas naturales conducía a la recuperación, mientras que si lo hacían de forma aleatoria no resultaba eficaz.
Cuando la médula espinal de ratones o de humanos está parcialmente dañada, tras la parálisis inicial se produce una recuperación amplia y espontánea de la función motora, pero si la lesión es completa este proceso no se produce.
El mismo equipo, formado también por las universidades de California, Harvard y Lausana, así como el centro de suizo NeuroRestore, identificó en 2018 un enfoque para que los axones (pequeñas fibras que unen las células nerviosas y les permiten comunicarse) vuelvan a crecer después de una lesión de la médula espinal en roedores.
Sin embargo, vieron que esa regeneración de axones en las lesiones graves de médula espinal no era suficiente para restaurar la función motora, ya que las nuevas fibras no lograban conectarse a los lugares correctos en el otro lado de la lesión.
En el nuevo estudio que publica Science, el equipo se inspiró en la naturaleza para diseñar una estrategia terapéutica que reproduce los mecanismos de reparación de la médula espinal que se da espontáneamente tras las lesiones parciales, explicó Jordan Squair, de Instituto Federal Suizo de Tecnología.
Primero utilizaron análisis genéticos avanzados para identificar los grupos de neuronas que permiten mejorar la marcha tras una lesión parcial de la médula espinal, pero la simple regeneración de axones de esas células nerviosas, sin una guía específica, no tenia ningún impacto en la recuperación funcional.
Entonces, diseñaron una terapia génica múltiple para activar programas de crecimiento en las neuronas, aumentaron la regulación de proteínas específicas para favorecer ese desarrollo a través del núcleo de la lesión y administraron moléculas guía para atraer las fibras nerviosas en regeneración hacia sus objetivos naturales por debajo de la lesión.
Los ratones con lesiones anatómicamente completas de la médula espinal recuperaron la capacidad de caminar, exhibiendo patrones de marcha “que se parecían” a los cuantíficados en roedores que reanudaron la marcha de forma natural después de lesiones parciales.
Los investigadores reconocen la complejidad de promover la regeneración a grandes distancias en no roedores, lo que requiere estrategias con características espaciales y temporales complejas.
Aunque aún deben superarse muchos obstáculos antes de que esta terapia pueda aplicarse en humanos, el equipo ha dado “los primeros pasos hacia el desarrollo de la tecnología necesaria para lograr esta hazaña en los próximos años”, considera, en un comunicado, la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza).
«Esperamos que nuestra terapia génica actúe de forma sinérgica con nuestros otros procedimientos de estimulación eléctrica de la médula espinal», señaló Grégoire Courtine, director del NeuroRestore y otros de los firmantes del estudio.
En este sentido, estimó que “una solución completa para el tratamiento de la lesión de la médula espinal requerirá ambos enfoques: terapia génica para regenerar las fibras nerviosas relevantes y estimulación espinal para maximizar la capacidad de ambas fibras y de la médula espinal debajo de la lesión para producir movimiento».
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