El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) acusó hoy formalmente de espionaje al periodista estadounidense Evan Gershkovich, corresponsal del «The Wall Street Journal» detenido a finales de marzo.
«La investigación del FSB presentó contra Gershkovich la acusación de espionaje en beneficio de su país. Él niega categóricamente todas las acusaciones y declaró que se dedicaba en Rusia a actividades periodísticas», informó una fuente de los servicios de seguridad a la agencia TASS.
Los abogados del reportero han recurrido su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del código penal, cargo que acarrea hasta 20 años de cárcel.
Por el momento, como el proceso es secreto, se desconocen los pormenores del caso, aunque el detenido se encuentra bien de salud y de ánimo, según informaron los activistas rusos que le visitaron en prisión preventiva.
Lo único que se sabe es que, una vez comunicó su detención, el FSB aseguró que Gershkovich “recopilaba por encargo de la parte estadounidense informaciones secretas sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso”.
“Durante el intento de recibir informaciones secretas el estadounidense fue detenido en Yekaterimburgo”, capital de los Urales, indicó el FSB.
Según el diario digital Meduza, Gershkovich se encontraba en Yekaterimburgo recabando información sobre la actitud de los rusos hacia el grupo de mercenarios Wagner.
Tanto la Casa Blanca como «The Wall Street Journal» han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra su corresponsal y han exigido su liberación inmediata.
Mientras, el Ministerio de Exteriores ruso y el Kremlin han llamado a Washington a no politizar el caso y dejar que la Justicia siga su curso.
“Hasta donde sabemos lo atraparon in fraganti”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, quien añadió que esta detención “es una prerrogativa del FSB, que combate de este modo a los espías”.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, escribió en su canal de Telegram que “lo que hacía en Yekaterimburgo el empleado de The Wall Street Journal no tiene nada que ver con el periodismo”.
“Lamentablemente, no es la primera vez en que el estatus de ‘periodista extranjero’, la visa como periodista y la acreditación son usadas por extranjeros en nuestro país para encubrir actividades que no son periodísticas”, dijo.
Según Zajárova, Gershkovich “no es el primer occidental conocido atrapado con las manos en la masa”.
La aprobación de sendas leyes contra la difusión de informaciones falsas, como las acusaciones de crímenes de guerra, y la desacreditación del Ejército ruso en Ucrania, incluido criticar a voluntarios y mercenarios, ha dificultado sobremanera la labor de los periodistas extranjeros en este país desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania.
La última detención de un periodista estadounidense por espionaje tuvo lugar en 1986, en plena Perestroika, e implicó a Nicholas Daniloff, que fue canjeado por un prisionero ruso tres semanas después.
Recientemente, Moscú y Washington realizaron varios canjes como el que tuvo lugar en diciembre entre el traficante de armas ruso Victor But y la jugadora de baloncesto Brittney Griner.EFE
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