Moscú.- Rusia se propone vacunar contra la COVID-19 a toda América Latina, región que es una prioridad en el desarrollo y producción de la vacuna Sputnik V, aseguró a Efe Kiril Dmítriev, jefe del fondo estatal encargado de suscribir contratos de venta y distribución con otros países.

«Queremos salvar gente en Rusia, en América Latina y en todo el mundo», comentó Dmítriev, director del Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), por videoconferencia.

Desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunciara en agosto el registro de la primera vacuna contra el coronavirus, los países latinoamericanos, que se encuentran entre los más afectados en el mundo por la pandemia del coronavirus, se mostraron más interesados que nadie en recibir las primeras dosis.

UNA VACUNA SIN IDEOLOGÍA

En respuesta, Rusia apostó por América Latina como una plataforma no sólo para la venta de Sputnik V, sino también para los análisis clínicos, la transferencia de tecnología y la producción conjunta.

«América Latina es una prioridad. Primero porque sus países son amigos de Rusia y segundo porque América Latina está abierta a un análisis honesto de la vacuna rusa», explica Dmítriev.

Recordó que la aparición de la vacuna despertó un «gran entusiasmo» en América Latina, Asia y Oriente Medio, mientras que algunos países de lo que el llamó «mundo occidental» reaccionaron con «gran envidia».

Se refería a declaraciones como la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que en el ámbito de la salud, «no debe haber ideologías» y que, si se confirma la eficacia de la vacuna rusa, él sería el primero en ponérsela.

Dmítriev cree que fue crucial el hecho de que la medicina rusa se base en adenovirus humanos, lo que convierte a Sputnik V en una «vacuna orgánica», y no en vectores de adenovirus de mono o ARNm, que «están poco estudiados».

«Es una vacuna que vivió en nuestros antepasados 100.000 años. Cuando entendieron lo que diferencia nuestro enfoque (…), vimos un gran interés por parte de los países latinoamericanos», destacó.

Ahora se han subido otros países al carro de la vacuna rusa, pero el alto funcionario destaca que los países latinoamericanos son «un socio importantísimo», a lo que contribuye que «históricamente» las relaciones entre los Gobiernos y los pueblos han sido siempre «muy buenas».

DEMANDA DE 400 MILLONES DE DOSIS

Como ejemplo, Dmítriev adelantó a Efe que la demanda de la vacuna rusa en el continente asciende a día de hoy a los 400 millones de dosis, cerca de la mitad del total mundial.

«Esa cifra de 400 millones de dosis es muy significativa frente a los más de mil millones de demanda en todo el mundo», señaló.

Explicó que 100 millones de dosis corresponden a los acuerdos suscritos en los últimos días con Brasil y México, pero que la próxima semana se anunciarán nuevos contratos con países de la región.

«Hay un gran interés por parte de Venezuela, pero también de otros países. Algunos países lo dicen públicamente y muchos otros no lo hacen, pero están trabajando estrechamente con nosotros», señaló.

Dmítriev subrayó que «casi todos los países de América Latina» han establecido contacto con Moscú, que les ha proporcionado los resultados de las fases uno y dos de la vacuna para despejar dudas.

Según informó la prensa rusa, también están muy interesados en cooperar con fondo soberano ruso Argentina y Perú, países también muy golpeados por la pandemia.

BRASIL Y MEXICO, LOS PIONEROS

Rusia ha puesto su mirada en los dos países más poblados del continente: Brasil, el tercer país del mundo con más casos de coronavirus (más de 4,2 millones), y México, el séptimo de la lista (más de 650.000) por detrás de Rusia, Perú y Colombia.

«Brasil es un socio estratégico para Rusia. No proponemos producir la vacuna y también realizar análisis clínicos» en su territorio, destacó y precisó que los correspondientes acuerdos ya han sido firmados.

El viernes se conoció el acuerdo con el Estado brasileño de Bahía para el suministro de 50 millones de dosis después de que el FIDR suscribiera otro similar con Paraná.

El firmado con Paraná, que también se ha comprometido con Rusia y con China para experimentar la vacuna en humanos, contempla la transferencia de tecnología.

En el caso de México, admitió que aún no hay acuerdo definitivo para la producción conjunta, aunque Moscú ha sellado con la compañía farmacéutica Lansteiner Scientific un contrato de 32 millones de dosis, que permitirá abastecer a un cuarto de la población del país.

VACUNACIÓN EN NOVIEMBRE

Dmítriev es optimista en cuanto a los plazos y pronostica que «algunos países latinoamericanos» recibirán la Sputnik V ya «en noviembre».

Precisa que todo está a expensas del visto bueno de los reguladores de cada uno de los países, aunque cree que en diciembre a más tardar, «muchos países» podrán vacunar a su población.

«Por eso estamos incrementando el ritmo de trabajo, para aumentar la producción y ser capaces de distribuir grandes volúmenes de dosis» antes de que termine el año, señala.

El jefe del FIDR, que ha recibido pedidos de una treintena de países con la mitad de la población del planeta, calcula que esto año se producirán más de 200 millones de dosis de la vacuna rusa en el extranjero, cifra que en 2021 rebasará los 500 millones.

Además, resaltó que ya casi han sido reclutados los 40.000 voluntarios necesarios para completar la tercera fase de análisis clínicos, cuyos primeros resultados se conocerán en octubre.

FIN DE LA GUERRA FRÍA

Cree que la Guerra Fría que se desató con el registro de la vacuna rusa está llegando a su fin.

«Vemos un cambio muy importante en la postura de los países. Para todo el mundo es una evidencia que los ataques contra la vacuna rusa no resultaron exitosos y muchos de nuestros rivales han tenido que reconocer que la vacuna rusa es una de las mejores», asevera.

Destaca que los expertos occidentales han podido comprobar en la revista científica «The Lancet» que el fármaco ruso no tiene «efectos secundarios» y genera un nivel inmunológico «muy alto».

Dmítriev cree que los rivales de Rusia se han dado cuenta que el adenovirus del mono no era un buen comienzo y ahora compañías chinas y estadounidenses también han apostado por el adenovirus del hombre, una plataforma mucho «más segura» y «estudiada».

«Han entendido la diferencia. Aquí, en Rusia, se produjo una combinación de factores: científicos geniales y la vacuna contra el ébola que supimos modificar con rapidez y desarrollar una vacuna contra el coronavirus», subraya.

En su opinión, Rusia «estuvo en el lugar indicado en el momento indicado».

«Por eso, tenemos, bajo nuestro punto de vista, la mejor vacuna del mundo», sentenció.

 

Ignacio Ortega EFE

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