El canciller alemán Olaf Scholz habla en el Día de la Iglesia Evangélica Alemana. EFE/EPA/ANNA SZILAGYI

El canciller aleman, Olaf Scholz, defendió hoy el acuerdo alcanzado para la reforma de las normas de asilo en la Unión Europea (UE), que incluirá la evaluación de las solicitudes en las fronteras exteriores del bloque, y que levanta una fuerte controversia entre los cogubernamentales Verdes.

El acuerdo logrado permitirá «establecer unos mecanismos solidarios entre los socios», afirmó Scholz, en una intervención ante el Congreso de la Iglesia Evangélica alemana, para recalcar que la búsqueda de una política común europea de asilo era una «cuestión pendiente» que «no pude demorarse más».

Alemania, país que durante la crisis migratoria de 2015 recibió a cerca un millón de refugiados y que desde el inicio de la invasión de Ucrania ha acogido a otro millón de ciudadanos procedentes del país agredido, había buscado «reiteradamente» esa solución europea, pero hasta ahora sin éxito.

«No puede ser que se siga considerando la llegada de inmigrantes desde el Mediterráneo a España, Malta, Grecia o Italia como un problema de esos países, frontera exterior de la UE, como le ocurrió asimismo a Alemania cuando recibió los que le llegaban por la ruta de los Balcanes», afirmó.

El acuerdo alcanzado en Luxemburgo contempla un reparto equilibrado para la reubicación de esas personas, pero también prevé que un Estado miembro se niegue a acoger a un solicitante procedente de otro país, si abona 20.000 euros por persona rechazada.

Las nuevas reglas, que fueron respaldadas por el voto de una mayoría cualificada, topan con el rechazo de Hungría y Polonia, países que reiteradamente se han opuesto a sucesivas propuestas presentadas por la Comisión Europea (CE).

Entre los Verdes alemanes, socios del tripartito entre socialdemócratas, ecologistas y liberales que lidera Scholz, se ha abierto una fuerte controversia especialmente en lo que concierne a las evaluaciones de las solicitudes en las fronteras exteriores de la UE.

Ello supondrá «prácticas inhumanas», según la carta enviada a la cúpula del partido ecologista por más de un centenar de miembros, en alusión a los periodos de hasta doce semanas a que quedarán expuestas familias enteras, incluidos sus hijos menores, mientras se resuelve su caso o hasta su eventual expulsión.

La ministra de Asuntos Exteriores, la verde Annalena Baerbock, ha admitido que no comparte algunos de los contenidos alcanzados, pero argumentado que el acuerdo responde a la realidad de una Europa políticamente «muy heterogénea» y recordado la necesidad de avanzar hacia una política común de asilo.

La cuestión se plantea como uno de los puntos más conflictivos del próximo congreso del partido, que tendrá lugar el sábado 17 de junio y en que se prevé una nueva confrontación de parte de la formacion con la línea dicha realista de los Verdes -representada por Baerbock y el ministro de Economía, Robert Habeck-.

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