“Por aquellos días, María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!».
María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz”.
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia universal, especialmente la de América Latina, celebra hoy la fiesta en honor a nuestra querida madre María, bajo la Advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. En México y en muchas partes del mundo se congrega la feligresía para venerarla y expresarle el gran afecto que le tienen, por haberse manifestado en una tierra de gracia que recién acababa de conocer el resto del mundo y que ameritaba una pronta evangelización para el conocimiento de la Verdad. Felicitaciones a toda la feligresía de nuestra Parroquia Guadalupe de Villa Asia, por su fiesta y que nuestra Madre María los ayude en el fortalecimiento de su Fe.
Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 1, del verso 39 al verso 48. En el que se narra la visita que le hace la Virgen María a su parienta Isabel con el fin de atenderla en su embarazo que por su avanzada edad era muy riesgoso. Y en medio de este encuentro se destaca la bendición que Isabel le da a María por haber acogido en su seno a Nuestro Salvador. Por eso Isabel le dice: ¡Dichosa tú por haber creído! Y desde allí María ha pasado a ser el Templo de DIOS que Acogió en su seno a la Verdad hecha Carne JESÚS de Nazaret.
Y María, que ha salido presurosa a compartir con su prima las Buena Nuevas que lleva en sus entrañas, no se queda cayada, Ella también hace su proclama, en un maravilloso himno que es actual y perenne, ya que con ese cántico nuestra Madre expresa por siempre los sentimientos más profundos del alma que ora, y esa oración le permite adquirir la confianza para anonadarse ante DIOS y ser la Bendita entre todas las mujeres por su Fe incomparable.
De allí que, en este tercer lunes del tiempo del Adviento, y en el marco de la celebración de la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe, nos confrontarnos con el texto, para entender que nuestra devoción a María, no puede ser simplemente la manifestación de unos sentimientos externos, sino más bien la Contemplación profunda de Sus actitudes para asumirlas en el desarrollo de nuestras vidas cotidianas.
Y con actitud contemplativa, poniendo nuestra confianza en lo que DIOS nos regala diariamente a través de su Palabra presente en la Sagrada Escritura, podamos entender de una mejor manera que siempre hay tiempo para implorar a DIOS, y poner ante Él nuestras limitaciones, angustias y responsabilidades. Y al final comprender que todo es Gracia de DIOS que busca lo que es pobre y débil para colmarlo y exaltarlo, experimentando en carne propia, el Gran Acontecimiento de haber sido seleccionado para entrar en Banquete de la Vida en medio del mundo, lleno de gente importante y de santos muy destacados, pero al ser nosotros pecadores redimidos, nos hace sentirnos más queridos por DIOS.
Señor JESÚS, ayúdanos a ser dóciles como nuestra Madre María, prestos a acoger en nuestros corazones la Verdad de Tu Palabra y salir presurosos a compartirla con nuestros semejantes con acciones concretas de servicios, que les permita a todos entender lo grandioso de Tu Misericordia.
Amén
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